Las Ruinas de la Catedral de San Pablo (en portugués, Ruínas de São Paulo, en chino: 大三巴牌坊, pinyin: Dàsānbā Páifāng) están situadas en Macao y no pertenecen a una Catedral sino a la antigua Iglesia Madre de Dios, que se terminó de construir en 1640[1]
y fue destruida por un incendio en 1835 conservándose únicamente su
fachada. El complejo comprende además de la Iglesia Madre de Dios, el Colegio de San Pablo y la Fortaleza del Monte, todas construcciones jesuitas que, en su conjunto, se identifican como la "Acrópolis
de Macao". Todo lo que queda de la más grande y bella de las iglesias
de Macao es la imponente fachada de granito y la escalera de 68
escalones, y nada del Colegio. En 2005, este complejo fue agregado a la
Lista de Monumentos históricos del Centro Histórico de Macao, siendo así considerado Patrimonio Mundial de la Humanidad por la UNESCO y el máximo símbolo de la cultura occidental cristiana en Macao.
Las Ruinas de San Pablo fueron elegidas en 2009 como una de las Siete Maravillas de Origen Portugués en el Mundo y, según el "Atlas mundial de la arquitectura barroca" (una publicación de UNESCO de 2001), la fachada de la iglesia y la Iglesia de San José, son un ejemplo de arquitectura barroca en China.
Hoy en día, la fachada de las Ruinas de San Pablo funciona simbólicamente como un altar de la ciudad.
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