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domingo, 27 de mayo de 2018

HIPPIE Y EL LCD


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En California, Gregory Bateson había continuado aplicando las ideas de Huxley en el hospital de veteranos de Palo Alto. Bateson, uno de los personajes más coloridos de la época, había estado casado con la antropóloga Margaret Mead. Él mismo era un renombrado antropólogo de la OSS y pasó a ser el director de una clínica que experimentaba con drogas alucinógenas, en el Hospital de la Administración para Veteranos de Palo Alto. Bajo los auspicios de Bateson, se programó el «cuadro» inicial de la secta del LSD; es decir, los hippies. [34]

Experimentando con LSD en pacientes que ya estaban hospitalizados debido a problemas psicológicos, Bateson creó un núcleo de «iniciados» del culto «psicodélico» a Isis. He aquí una parte de lo que dijo Michael Minnicino en el número de abril de 1974 de la revista The Campaigner.

«La persona más importante de las que reclutó él en Palo Alto fue Ken Kesey. En 1959, Bateson administró la primera dosis de LSD a Kesey. Para 1962, Kesey ya había terminado una novela titulada Alguien voló sobre el nido del cuco, que popularizó la idea de que la sociedad es una prisión y de que las únicas personas verdaderamente "libres" son los locos.» [35]
Merece la pena señalar que, durante los años sesenta, la Clínica Tavistock promovió la idea de que no existe ningún criterio para definir la cordura y de que las drogas psicodélicas que «expanden la mente» constituyen valiosas herramientas de psicoanálisis. A continuación, Kesey organizó [36] un círculo de «iniciados en LSD» denominado «The Merry- Pranksters» [los alegres bromistas]. Recorrieron el país repartiendo LSD, construyendo una red local de contactos para su distribución y creando el pretexto para hacer un montón de publicidad a favor de aquella todavía incipiente «contracultura».

El informe de Minnicino seguía diciendo:

«Para 1967, la secta de Kesey había distribuido tales cantidades de LSD que ya había emergido una considerable cantidad de personas dadas a las drogas y llamadas "hijos de las flores", fundamentalmente en San Francisco, en el distrito Haight-Ashbury. Allí instaló Bateson, colaborador de Huxley, una "clínica gratuita" al frente de la cual estaban el doctor David Smith, que más adelante sería el "asesor médico" de la National Organization for the Reform of Marijuana Laws (NORML), y el doctor Peter Bourne, que había sido asesor especial del presidente Carter para asuntos de consumo de drogas.»
Además de la clínica gratuita, en el Instituto Tavistock había un proyecto, el de la agencia de psicología de guerra para el Servicio de Inteligencia Secreto británico.

El Instituto Tavistock —originalmente, en los años veinte, una clínica de Londres— se convirtió, durante la Segunda Guerra Mundial, en el Departamento de Psiquiatría de los Servicios Secretos británicos, dirigido por el doctor John Rawlings Rees.

sábado, 26 de mayo de 2018

OPTIMISMO VERSUS PESIMISMO



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Las conocidas leyes de expansión y contracción, tan fundamentales en el campo de la física, tiene su analogía filosófica en las cualidades de optimismo y pesimismo. En el plano ético, el optimismo es la expresión de la ley de expansión, y el pesimismo, de la ley de contracción.
Hay dos tipos distintos de optimista. Uno, es aquel que es feliz porque nunca asumió sus responsabilidades; el otro, aquel que es feliz enfrentándolas, y viendo el resultado de las responsabilidades dispone de ellas en forma satisfactoria. Ambos son optimistas - el primero, decididamente objetable; el segundo, glorioso y deseable. Uno, es el hombre que ríe cuando juega, y el otro, quien ríe cuando trabaja. La única diferencia entre el trabajo y el juego consiste en la actitud mental. El trabajo, es la cosa que tenemos que hacer; el juego es la cosa que hacemos por nuestro gusto. Por eso, cuando un individuo ama a su trabajo, éste se convierte, realmente, en juego. Pero esa actitud se encuentra raramente.
Hay, igualmente, dos tipos de pesimista. El primero, es el individuo cuyo ánimo está destrozado por los golpes del destino. El segundo tipo, es aquel que, a pesar de no haber experimentado reales infortunios, ¡esta lleno de temor de que los llegue a sufrir! Hubo un pesimista de este tipo, del cual se dijo que tenía un dicho así: “Si tu fuerza es capaz de mover montañas, ¡puede ser que muevas un grano de mostaza!”.
Como regla, el optimista se desliza sobre la superficie de la vida, en tanto que el pesimista tiene la particularidad de arrastrarse hasta el fondo de todo agujero o foso que encuentra en su camino. Ambos, el optimista y el pesimista, se asemejan a los caballeros antiguos, tocados con su coraza de hierro, estando el optimista fortalecido en su actitud contra las tinieblas y el pesimista contra cada simple rayo de sol. Sin embargo, ni el optimista ni el pesimista conocen realmente la vida tal como es.
Si vosotros tendríais que elegir entre uno y otro, sed optimistas; porque es casi seguro que el pesimismo tendrá como resultado: reumatismo, anquilosis prematura, disminución o endurecimiento de las arterias, y una legión de otros males físicos. El pesimismo es una actitud, que fundamentalmente, nos retrae, limita, estrecha y enceguece, mientras que el optimismo, a menudo, expande la naturaleza física, y siempre, la mental. Pero, entre ambos, está el punto de equilibrio - la posición más perfecta que puede la mente ocupar. El hombre deriva del optimismo no sólo la creencia en la universalidad de la bondad sino también el coraje de seguir adelante para lograr el triunfo. Del pesimismo proviene no sólo la franca revelación de su propia flaqueza sino también un excesivo grado de cautela que vampiriza toda iniciativa. El optimismo es impulsivo; el pesimismo rechaza, repele.
Las zonas frígidas pueden ser relacionadas con el espíritu del pesimismo. En él todo se contrae y la vida es una interminable lucha para subsistir. El optimismo tiene una analogía similar a la zona tórrida, en donde todas las responsabilidades quedan reducidas al mínimo y en cada árbol hay colgando un vale para comida. Los pensadores del mundo, sin embargo, no están constituidos ni por el esquimal ni por el hotentote, sino más bien por las razas que habitan las zonas templadas, en donde se mezcla el enervante calor del sur con los paralizantes fríos del norte. Así como el gran trabajo del mundo es hecho por aquellos que viven en climas templados, así también, por analogía, los pensamientos universales alcanzan verdadera y plena expresión en las mentes templadas.