sábado, 4 de mayo de 2019

ANTON PARKS



 autor autodidacta de nacionalidad francesa, ha escrito con el "El Secreto de las Estrellas Oscuras” el primer volumen de una extraña e inclasificable trilogía:
épica, mitológica, saga que mezcla la ciencia ficción y fantasía o libro heroico e "histórico" a medida en que revela nuestra historia más oculta y más misteriosa y que sucedió sobre la Tierra antes de la llegada del hombre.




¿Qué es lo que ha precedido y ha provocado la aparición de las civilizaciones humanas? ¿Qué es lo que realmente figura en las casi incomprensible historias, a veces, contradictorias (un dios o dioses) de la Biblia y de otros textos como la Biblia Eslava, los Manuscritos del Mar Muerto o en los Evangelios de Nag Hammadi? Algunos escritores como René Boulay (Serpientes y Dragones Voladores) o Zecharia Sitchin (El 12avoPlaneta) han logrado descifrar una pequeña parte de innumerables textos en escritura cuneiforme, encontradas en las ruinas de antiguas civilizaciones akadias, Sumerias y asirias y comenzaron a circular a menudo en claves, entre un gran público incrédulo, para comprender y visualizar el lejano pasado: parece asumir que los "dioses" que han sentado las bases para la civilización tuvieron sus asentamientos en la Tierra, hace muchos milenios, siendo de tipo "reptil".

Boulay comenta en su obra, todos los textos, crónicas e históricos "mitos", sobre el primer recuento, de que los seres que trajeron a la Tierra bases de vida inteligente y civilización eran dragones: no algún tipo de dinosaurios y otros lagartos, sino que unas entidades humanoides cubiertas de escamas, con dos piernas, dos brazos y, a veces, alas.

Estas descripciones nos aparecen, no solo en crónicas chinas, sumerias, Hindú (Mahabharata) o Egipcias, sino también en bajorrelieves de las civilizaciones de América Central y del Sur.

A menudo, estas entidades se describen como benevolentes (especialmente en China). En la antigua Sumeria, hay "dioses" colonizadores y son considerados como benevolentes protectores de la humanidad, como Enki; o dictatorial y cruel, como Enlil. La importancia de los dragones y otros reptiles ha sido prorrogada hasta la Edad Media, donde las historias de caballeros frente a los dragones en las cuevas (especialmente en Inglaterra) o los aldeanos, se benefician de la generosidad y la protección de esos maravillosos seres (al sur de Francia), que se consideran como verdaderas historias. Un gran número de arqueólogos y especialistas en textos sumerios se mantuvo aturdido y perplejo frente a la coherencia de la multitud de historias Barrantes de la llegada de estos dioses desde las profundidades del cosmos, en sus carrozas, para construir asentamientos en la tierra. Querían ver metáforas y parábolas que simbolizan la eterna lucha entre constructores y los impulsos destructivos del hombre hacia la naturaleza.

Otros como Boulay y Sitchin han decidido no interpretar estos textos, sino que los toman como lo que son: descripciones de acontecimientos reales y fantásticos, porque era imposible que el ser humano de esa época pudiera comprender ese despliegue de tecnología.

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