miércoles, 16 de mayo de 2018
EVANGELIO DE RUBEN PARTE 5
1Perversas son las mujeres, hijos míos: como no tienen poder o fuerza sobre el hombre, lo engañan con el artificio de su belleza para arrastrarlo hacia ellos. 2Al que no pueden seducir con su apariencia lo subyugan por el engaño. 3Sobre ellas me habló también el ángel del Señor y me enseñó que las mujeres son vencidas por el espíritu de la lujuria más que el hombre. Contra él urden maquinaciones en su corazón, y con los adornos lo extravían comenzando por sus mentes. Con la mirada siembran el veneno y luego lo esclavizan con la acción. 4Una mujer no puede vencer por la fuerza a un hombre, sino que lo engaña con artes de meretriz. 5Huid, pues, de la fornicación, hijos míos, y ordenad a vuestras mujeres e hijas que no adornen sus cabezas y rostros, porque a toda mujer que usa de engaños de esta índole le está reservado un castigo eterno. 6De este modo sedujeron a los Vigilantes antes del diluvio. Como las estaban viendo tan continuamente, se encendieron en deseos por ellas y concibieron el acto ya en sus mentes. Se metamorfosearon en hombres y se aparecieron a ellas cuando estaban con sus maridos. 7Las mujeres sintieron interiormente atracción hacia tales imágenes y engendraron gigantes. Los Vigilantes, en efecto, se les aparecieron con un tamaño que llegaba hasta el cielo.
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