miércoles, 2 de mayo de 2018

EVANGELIO DE JUDAS CAPITULO 4

Resultado de la imagen para TESTAMENTO DE JUDAJudá hace un símil vívido con respecto a la tiranía y una terrible profecía sobre la moral de sus oyentes .
Y ahora, hijos míos, les ordeno, amen a Leví, para que permanezcan, y no se exalten contra él, para que no sean completamente destruidos.
2 Porque a mí el Señor le dio el reino, y a él el sacerdocio, y estableció el reino debajo del sacerdocio.
3 A mí él dio las cosas sobre la tierra; a él las cosas en el cielo.
4 Como el cielo es más alto que la tierra, así es el sacerdocio de Dios más elevado que el reino terrenal, a menos que caiga por el pecado del Señor y esté dominado por el reino terrenal.
5 Porque el ángel del Señor me dijo: Jehová lo escogió a él más que a ti, para acercarte a él, y para comer de su mesa, y para ofrecerle las primicias de los escogidos de los hijos de Israel; pero tú serás el rey de Jacob.
6 Y estarás entre ellos como el mar.
7 Porque así como en el mar se arrojan justos e injustos, algunos son llevados cautivos y otros se enriquecen, así también toda raza de hombres estará en ti: algunos serán empobrecidos, cautivos y otros se enriquecerán saqueando las posesiones de otros.
8 Porque los reyes serán como monstruos marinos.
9 Comerán hombres como peces; esclavizarán los hijos y las hijas de los hombres libres;
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casas, tierras, rebaños, dinero saquearán:
10 Y con la carne de muchos, maltratarán los cuervos y las grullas; y avanzarán en el mal con codicia levantada, y habrá falsos profetas como tempestad, y perseguirán a todos los justos.
11 Y el Señor traerá sobre ellos divisiones unos contra otros.
12 Y habrá guerras continuas en Israel; y entre los hombres de otra raza se terminará mi reino, hasta que venga la salvación de Israel.
13 Hasta que aparezca el Dios de justicia, para que Jacob y todos los gentiles reposen en paz.
14 Y guardará la fortaleza de mi reino para siempre; porque el Señor me dio cuenta con un juramento de que no destruiría el reino de mi descendencia para siempre.
15 Ahora tengo mucho dolor, hijos míos, por vuestras obscenidades y brujerías, e idolatrías que practicaréis contra el reino, siguiendo a los que tienen espíritus familiares, adivinos y demonios de error.
16 Harás que tus hijas hagan canto a muchachas y rameras, y te mezclarás en las abominaciones de los gentiles.
17 Por lo cual, el Señor traerá sobre vosotros hambre y pestilencia, muerte y espada, impugnación por enemigos, injurias de amigos, matanza de niños, violación de mujeres, expolio de posesiones, quema del templo de Dios, la destrucción de la tierra, la esclavización de ustedes entre los gentiles.
18 Y harán de algunos de vosotros eunucos por sus mujeres.
19 Hasta que el Señor los visite, cuando con corazón perfecto se arrepientan y sigan todos Sus mandamientos, y Él los traiga de la cautividad entre los gentiles.
20 Y después de estas cosas se te presentará una estrella de Jacob en paz,
21 Y se levantará hombre de mi simiente, como el sol de justicia,
22 Caminando con los hijos de los hombres en mansedumbre y justicia;
23 Y no se hallará pecado en él.
24 Y los cielos se le abrirán, para derramar el espíritu, incluso la bendición del Santo Padre; y Él derramará sobre ti el espíritu de la gracia;
25 Y seréis para con él hijos en verdad, y caminaréis en sus mandamientos primeros y últimos.
26 Entonces brillará el cetro de mi reino; y de tu raíz surgirá un tallo; y de ella crecerá vara de justicia para los gentiles, para juzgar y salvar a todos los que invocan al Señor.
27 Y después de estas cosas Abraham, Isaac y Jacob se levantarán para vida; y yo y mis hermanos seremos jefes de las tribus de Israel.
28 Primero Leví, el segundo, José el tercero, Benjamín el cuarto, Simeón el quinto, Isacar el sexto, y todo está en orden.
29 Y el Señor bendijo a Leví, y al Ángel de la Presencia, a mí; los poderes de la gloria, Simeón; el cielo, Rubén; la tierra, Isacar; el mar, Zabulón; las montañas, José; el tabernáculo, Benjamín; las luminarias, Dan; Eden, Nephtali; el sol, Gad; la luna, Asher.
30 Y seréis pueblo de Jehová, y tendréis una lengua; y allí no habrá espíritu de engaño de Beliar, porque será echado en el fuego para siempre.
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31 Y los que murieron en aflicción, se levantarán con gozo, y los que son pobres por causa del Señor se harán ricos, y los que son muertos por causa del Señor, despierten a la vida.
32 Y los ciervos de Jacob correrán con alegría, y las águilas de Israel volarán en alegría; y todo el pueblo glorificará al Señor para siempre.
33 Observen, pues, hijos míos, toda la ley del Señor, porque hay esperanza para todos los que se aferran a sus caminos.
34 Y él les dijo: He aquí, yo muero delante de sus ojos hoy, ciento diecinueve años.
35 Nadie me entierre con ropa costosa, ni rasgue mis entrañas, porque esto harán los reyes; y llévame a Hebrón contigo.
36 Y Judá, cuando dijo estas cosas, se durmió; y sus hijos hicieron conforme a todo lo que él les mandó, y lo sepultaron en Hebrón, con sus padres.

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