lunes, 13 de noviembre de 2017

EL HOLOCAUSTO ANTIGUO CABALLO DE TROYA ( PARTE 3)

Un Profeta en Estados Unidos.
El Mito de la Tercera "Tierra Prometida" en Acción
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     En 1823 apareció un profeta en Ohio, Estados Unidos, de nombre Joseph Smith. El profeta estadounidense declaró que él fue visitado por un ángel llamado Moroni, quien le habló de un antiguo registro que contenía los intercambios de Dios con los antiguos habitantes del continente americano. En 1827 Smith recuperó ese registro, inscrito en delgadas placas de oro, y poco después comenzó a traducir sus palabras gracias a un "talento dado por Dios". Los manuscritos resultantes, el Libro de Mormón [33], seguido del Libro de Abraham (actualmente dentro del libro Perla de Gran Precio) [34], fueron publicados en Marzo de 1830 y 1842 respectivamente. El 6 de Abril de 1830 Joseph Smith organizó La Iglesia de Jesucristo de los Santos Actuales y se convirtió en su primer presidente.

[33] http://media.ldscdn.org/pdf/lds-scriptures/book-of-mormon/book-of-mormon-59012-spa.pdf
[34] http://media.ldscdn.org/pdf/lds-scriptures/the-pearl-of-great-price/pearl-of-great-price-30952-spa.pdf

     En el Libro de Mormón, Smith informó que los primeros pobladores en América habían sido los Jareditas que llegaron desde Mesopotamia (supuestamente Iraq) cuando la Torre de Babel colapsó, y ellos ocuparon la tierra durante aproximadamente 1.800 años. Ellos se habían extinguido hacia el año 600 a.C. cuando Lehi y su compañía de migrantes judíos vinieron desde Jerusalén, y sus descendientes se desarrollaron como las naciones segregadas de nefitas y lamanitas, llamadas así por dos de los hijos de Lehi. Los nefitas finalmente perecieron alrededor de 400 d.C., donde los lamanitas persistieron en un estado degenerado como indios Pieles Rojas. Lo que nos concierne aquí es la táctica sistemática de modificar mitos genuinos antiguos para que satisfagan las intenciones de los escritores.

     Para establecer un mito santo que concediera a los hijos de Israel la propiedad de Norteamérica, los israelitas tuvieron que ser transportados desde Oriente Medio a América. Según el texto de I Nefi 18:2 [del Libro de Mormón], "Ahora bien, yo, Nefi, no labré los maderos en la forma aprendida por los hombres, ni construí el barco según la manera del hombre, sino que lo hice según el modo que me había mostrado el Señor; por lo tanto, no fue conforme a la manera de los hombres". Una vez que el barco es hecho para cruzar los océanos, la prometida tierra americana es recorrida por los israelitas mucho antes del cristianismo, como se implica en el capítulo 18:8: "Y aconteció que después de que todos hubimos entrado en el barco, y llevado con nosotros nuestras provisiones y las cosas que se nos había mandado, nos hicimos a la mar; y fuimos impelidos por el viento hacia la tierra prometida". Tras llegar a América, ellos se refirieron a ella como la Tierra Prometida. En I Nefi 18:22-25 dice:

     "Y sucedió que yo, Nefi, dirigí el barco de manera que navegamos de nuevo hacia la tierra prometida. Y ocurrió que después que hubimos navegado por el espacio de muchos días, llegamos a la tierra prometida; y avanzamos sobre la tierra, y plantamos nuestras tiendas; y la llamamos la tierra prometida. Y aconteció que empezamos a cultivar la tierra y a plantar semillas; sí, sembramos todas las semillas que habíamos traído desde la tierra de Jerusalén; y sucedió que crecieron extraordinariamente; por tanto, fuimos bendecidos en abundancia. Y ocurrió que encontramos en la tierra de promisión, mientras viajábamos por el desierto, que había animales de toda especie en los bosques; tanto la vaca como el buey, y el asno, y el caballo, y la cabra, y la cabra montés, y toda clase de animales silvestres, los cuales el hombre podía utilizar. Y hallamos toda clase de minerales, tanto oro, como plata, como cobre".

     Después de ser preparados para la mítica llegada de los antiguos israelitas a América, y habiendo sido plantadas las semillas para apoderarse del alma de los indios norteamericanos los "pieles rojas", aquí viene la frase clave para el actual escenario. Según el capítulo 15:14 de I Nefi"Y en aquel día el remanente de nuestra posteridad sabrá que son de la casa de Israel, y que son el pueblo del pacto del Señor; y entonces sabrán y llegarán al conocimiento de sus antepasados, y también al conocimiento del evangelio de su Redentor, que él proveyó a sus padres. Por tanto, ellos llegarán al conocimiento de su Redentor y de los puntos de su doctrina, para que sepan cómo ir a él y ser salvados".

     El inocuo mítico "caballo de Troya" ha sido permitido en Estados Unidos mediante la indefensa herencia de los desvalidos nativos norteamericanos (pieles rojas). La prometida tierra de América, al igual que el resto de las anteriores tierras prometidas en Asir en Arabia, Egipto, Iraq, Líbano y Palestina, será finalmente declarada propiedad privada del pueblo israelí de Yahvé. Eso ocurrirá o por la aparición de otro profeta estadounidense que declare la activación del "troyano" plantado con antelación en el siglo XIX, o por medio de una conferencia intelectual que concluya con una nueva interpretación del santo Libro de Mormón. Estudiando su impresionante éxito histórico en el mundo árabe (ahora llamado Oriente Medio), se prevé que eso ocurrirá cuando surja otra superpotencia y esté a punto de dominar el mundo.

      Las organizaciones judías serán más rápidas que cualquiera para establecer buenos lazos con dicha superpotencia, y ofrecerían su ayuda económica y experiencia en una nueva violación del pacto de Yahvé a cambio de ganancias financieras adicionales y del control de los goyim estadounidenses esta vez. Estados Unidos estará entonces de rodillas, puesto que ha sido declarado ya una Tierra Prometida de acción pendiente a ser gobernada por los diminutos aliados de la nueva superpotencia en favor del nuevo supremo Ptolomeo. Un fraude de algún "holocausto" de alguna clase o muy probablemente una verdadera y destructiva guerra civil de amplia escala podrían ser orquestados cuando se requiera para alcanzar ese objetivo último.

     Benjamin Franklin (1706-1790), uno de los más conocidos Padres Fundadores de Estados Unidos aparentemente había previsto este sombrío futuro para su país y sin rodeos declaró su famosa siguiente profecía (en Filadelfia en 1789, The Franklin Prophecy). Los observadores pueden notar que la publicación de esta profecía disminuye día a día tanto en sitios de Internet como en trabajos impresos, de modo que finalmente desaparecerá.

     "Debemos proteger a esta joven nación de una insidiosa influencia y penetración. La amenaza, señores, son los judíos. En cualquier tierra en que los judíos se han establecido en alguna cantidad grande, ellos han deprimido el nivel moral y han disminuído el grado de honestidad comercial; ellos se han segregado y no se han asimilado; se han burlado de y han tratado de socavar la religión cristiana sobre la cual fue fundada la nación, objetando sus restricciones; han creado un Estado dentro de un Estado, y cuando alguien se opuso a ellos, ellos intentaron estrangular financieramente a esa nación hasta la muerte, como en el caso de Portugal y España.

     "Durante más de 1.700 años los judíos han lamentado su triste destino, a saber, que ellos fueron exiliados desde su patria, como ellos llaman a Palestina. Pero, señores, si el mundo hoy llegara a darles Palestina como su propiedad, ellos encontrarían inmediatamente alguna poderosa razón para no volver allí. ¿Por qué? Porque ellos son vampiros, y los vampiros no viven de otros vampiros. Ellos no pueden vivir sólo entre ellos mismos. Ellos deben subsistir entre cristianos y otros pueblos que no pertenezcan a su raza.

     "Si ustedes no los excluyen de estos Estados Unidos, en la Constitución, en menos de doscientos años ellos habrán afluído aquí en tales cantidades que ellos dominarán y devorarán la tierra y cambiarán nuestra forma de gobierno por la cual nosotros los estadounidenses hemos derramado nuestra sangre, sacrificado nuestras vidas, nuestra propiedad, y puesto en peligro nuestra libertad.

     "Si ustedes no los excluyen, en menos de doscientos años nuestros descendientess estarán trabajando en los campos para proporcionarles riqueza, mientras ellos estarán en las Tesorerías frotando sus manos. Les advierto, señores, que si ustedes no excluyen para siempre a los judíos, vuestros hijos los maldecirán a ustedes en vuestras tumbas.

     "Los judíos, señores, son asiáticos; no importa dónde nazcan ni cuántas generaciones ellos estén distantes de Asia, ellos nunca serán de otra manera. Las ideas de ellos no se conforman con las de los estadounidenses, por lo que no deben permitirles vivir entre nosotros aún en diez generaciones. El leopardo no puede cambiar sus manchas. Los judíos son asiáticos, son un amenaza para esta tierra si se les permite entrar, y deberían ser excluídos por esta Convención Constitucional".


Conclusión.
Una Reflexión sobre la Epopeya del Revisionismo

     El revisionismo implica levantarse contra los guerreros del Caballo de Troya, a veces sólo para defender el propio ser debido a la transgresión de otros. Eso significa encarar a una clonada e inmoral entidad semi-divina, un linaje mezclado de bien y mal, la semilla que ha quedado de una abandonada asociación entre los mortales y el Cielo. Esta extraordinaria combinación invoca a la entidad disfrazada como humanoide, y explica su fuente de poder no igualado por los hombres corrientes. Esa entidad nació hace mucho tiempo, el tiempo cuando una bendecida tribu en Arabia rompió atrevidamente su pacto con el Cielo.

     Pocos de ellos comprendieron lo que significaba ser abandonado por el Cielo, y por lo tanto optaron por arrepentirse y suplicar piedad y perdón, mientras otros decidieron sellar otro pacto con otro antiguo agente  inferior para seguir manteniendo alguna fuente de poder. Su metodología consistió en abusar de la acumulada riqueza del conocimiento profético retenido desde el tiempo del profeta Adán para compensar la inestimable pérdida. Habiendo perdido el Cielo, ese grupo se autorizó a sí mismo a soñar con poseer la Tierra. Ellos añadieron la traición a la ruptura de las promesas, la deslealtad a la envidia, y el engaño a la hipocresía, y legitimaron esos diabólicos actos en base al mito de "Judíos y Goyim".

     Ellos desarrollaron una duradera y sin precedentes sed de riqueza, tierras y control de manera global para compensar la invaluable pérdida. Ellos volvieron a la fuente de lo que había sido su bendición alguna vez, y la falsificaron para retratarse a sí mismos como si ellos fueran todavía el canal oficial para recibir el conocimiento y la sabiduría del Cielo. Desde entonces han emergido mitos sintéticos por todo el mundo por primera vez en la Historia humana. Otros mitos modificados se propagaron entre las naciones y fueron transmitidos de manera epidémica de generación en generación, mientras que los mitos genuinos fueron ocultados. Por consiguiente, una compleja mezcla de conocimiento "santificado" ha estado lavando el cerebro a las naciones y enturbiando su sentido común.

     El conflicto entre fe y ciencia se intensificó, y lo que fue una vez la fuente de iluminación se convirtió en la fuente del "opio" de las naciones. No se necesitó ningún ejército sino sólo un papel y una pluma rabínica, además de la audacia para afirmar que lo que fue redactado manualmente es la "palabra de Dios". El cielo ha expuesto repetidamente este hecho en las últimas revelaciones. Los musulmanes leen en su libro santo (Corán 2, 79): «Ay de aquellos que escriben con sus manos la Escritura (Sagrada) y luego dicen: "Esto procede de Alá", vendiéndolo por un precio miserable. Ay de ellos por lo que escribieron con sus manos, y ay de ellos por la ganancia que han obtenido». Ellos también fueron advertidos sobre la corrupción de gran alcance hecha a una escala internacional por las traducciones de la Torá (Corán 3, 78): «Y, en verdad, hay entre ellos un grupo que distorsiona con sus lenguas la Escritura para que penséis que (lo que dicen) pertenece a la Escritura, no siendo parte del Libro; y dicen: "Esto proviene de Alá", pero no proviene de Alá; son ellos los que dicen una mentira contra Alá, y ellos bien lo saben».

     Lamentablemente, mientras Palestina pertenecía a los tempranos musulmanes ellos no tomaron la acción apropiada y seria en respuesta a las enseñanzas divinas a fin de identificar y desactivar los míticos "troyanos"incorporados en su herencia, y mucho menos para ayudar a los europeos en ese aspecto. Por consiguiente, los guerreros del Caballo de Troya permanecieron vagando en libertad, consumiendo los recursos, ocupando tierras y sometiendo a las civilizaciones desde dentro para el favor de su patrón. Enfrentar tal entidad mítica inmortal ha sido la preocupación de profetas, discípulos, santos y valientes sabios. Hoy ellos son llamados revisionistas. Ellos han visto la otra cara del mito del "Holocausto", de modo que tuvieron que elegir entre huír de la verdad y unirse a la gente común, o dedicar su vida a declarar esta verdad al mundo, y pagar el mismo precio pagado por Jesucristo, Zacarías, Juan el Bautista, Galileo, etcétera.

     Ya que los revisionistas se encontraron en esta clase de negocio, ellos necesitan apreciar el verdadero tamaño del iceberg. El "Holocausto" no es el objetivo principal. Él es simplemente la madera de Nefi para cruzar el mar de la meditación hacia Palestina. Si la saga del "Holocausto" hubiera fracasado en conseguir el objetivo establecido, habría sido hibernada y otro mítico medio habría sido ideado. Los revisionistas tienen que aprender de los profetas cómo combatir los efectos de los mitos ficticios, incluído el "Holocausto". El secreto es bien conocido por aquellos que abogan por el mito del "Holocausto", como Deborah Lipstadt, la cual dijo: "No tenemos que gastar tiempo o esfuerzo respondiendo las opiniones de los negadores. Sería interminable responder a argumentos planteados por aquellos que libremente falsifican conclusiones, citan fuera de contexto y simplemente descartan montones de testimonios".

     La doctora Lipstadt tiene razón en su enfoque pero está equivocada en su conclusión: ya no debería gastarse tiempo y esfuerzo hablando con eruditos y funcionarios, ya que ellos tienen demasiado que perder si la verdad prevalece. Todos los medios de comunicación deberían ser ideados para y dirigidos a la gente directamente. Ninguno de los profetas gastó mucho tiempo discutiendo con rabinos, sacerdotes o funcionarios. Su preocupación y foco era la persona simple promedio. El profeta Mahoma una vez dijo: "Ellos deberían abstenerse de interferir entre yo y la gente" (Bukhari, 3.891). Al igual que el cristianismo, su mensaje alcanzó el mundo entero con esa estrategia.

     Igualmente, el mito del "Holocausto" se difundió por el mundo cuando la gente fue deliberadamente puesta en la mira por los medios de comunicación Aliados. Afortunadamente, el "Holocausto" llegó en un tiempo en que las comunicaciones satelitales están bien avanzadas y asequibles. No hay muchos argumentos que puedan hacerse o libros para ser escritos o pruebas para ser presentadas en cuanto a la autenticidad del "Holocausto". Ya es tiempo de que los revisionistas simplifiquen sus conclusiones y las entreguen a la gente para su revisión y juicio. Eso requiere poner más de la ciencia mediática en el trabajo de ellos a fin de apuntar al talón de Aquiles. Desde ahora y hasta que la verdad prevalezca, la epopeya de desencadenar la verdad de su esclavitud continuará.–

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