martes, 14 de noviembre de 2017

ROSENBERG

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El 16 de octubre de 1946 era ejecutado, cumpliendo la sentencia del tristemente célebre juicio de Nuremberg, Alfred Rosenberg, el máximo pensador del nacionalsocialismo alemán. Su delito: haber colaborado decisivamente a la edificación de la nueva idea y haber escrito muchas de las más brillantes obras en las que se exponía el nuevo credo revolucionario. En suma: haberse atrevido a pensar fuera de los cauces permitidos por la tiranía judeo-democrática internacional y haber señalado nuevas rutas para una revolución europea. “Mi lucha por la idea más noble por la que jamás nadie luchara, levantando una bandera por más de cien años, no constituye un crimen”, apostrofó Rosenberg al tribunal de Nuremberg.
El pensamiento de Rosenberg está contenido fundamentalmente en una obra que se ha conquistado un puesto preeminente en la historia del pensamiento político de los últimos tiempos: “El mito del siglo XX”. Su doctrina aparece además expuesta en multitud de artículos, discursos y libros (“Das Wesensgefüge des Nationalsozialismus”, “Dletrich Eckart, ein Vermachtnis”, “Gestaltung del Idee”, etc.).
El contenido del “Mito”, y las teorías de Rosenberg en general, pueden resumirse del siguiente modo: en todas las épocas los hombres se han movido en torno a un mito, en torno a una idea-fuerza aglutinante: la religión (que motivó la vida de la Edad Media y las luchas religiosas que asolaron Europa), la corona (que dió vida al nacionalismo dinástico, configurado en el absolutismo y que desplazo a la idea religiosa), la nación (mito que surge de la monarquía; con la revolución francesa, y con el liberalismo y la democracia que será su conscecuencia), la clase (que será el mito creado por la internacional marxista manejada por los elementos hebreos)... Unos mitos han ido sustituyendo a los otros, en un proceso histórico contínuo.
La primera guerra mundial señaló la crisis definitiva de los sistemas apoyados en los antiguos mitos democráticos del siglo XIX. La primera guerra mundial es la señal del fracaso del internacionalismo marxista (las masas obreras, desobedeciendo las consignas de sus líderes internacionales, se lanzan a la defensa de sus países respectivos) y de los nacionalismos liberales y dinásticos (que, mediante la alianza con los poderes de la finanza y de otros poderes internacionales, se destruyeron a sí mismos y traicionaron al pueblo). Una nueva era surge de las cenizas de la primera guerra mundial: una era, en la cual las fuerzas se aglutinarán en torno a un nuevo mito, más profundo y real que los anteriores: el mito de la raza. Frente al antiguo nacionalismo dinástico, liberal y aliado a las fuerzas del dinero, surge un nuevo nacionalismo popular, apoyado en la sangre.
Frente al socialismo decimonónico (aliado asimismo de la potencia de la finanza y destructor de la unidad del pueblo), se alza el nuevo socialismo racista. He aquí el ser del nacionalsocialismo: una revolución inspirada en el mito del siglo XX, en el mito de la sangre. El nuevo credo integra la idea nacional y la idea socialista, bajo la común inspiración del principio racial. Ambas ideas, nacionalismo y socialismo, son inseparables: una comunidad fuerte requiere una sólida base social, una integración y potenciación de todas sus fuerzas; esto es el socialismo. Integración de la comunidad, fortalecimiento de la misma, selección de sus mejores elementos, elevación a esferas superiores de la vida, toma de conciencia de su propio ser, defensa de la raza: nacionalismo, socialismo, racismo, todo no es sino expresar de distintos modos una misma realidad, una aspiración que gira en torno al mismo eje.
“Una época —escribirá Rosenberg en 1933— acaba de morir”. Muere el mundo de la democracia, del liberalismo, del capitalismo, del viejo socialismo, del marxismo, que es el mundo en el cual se apoya el judío para establecer su dominio, y nace un mundo nuevo. El nacionalsocialismo es la superación de la sociedad decadente del siglo XIX, liberal y marxista. Es la nueva idea que va en consonancia con las exigencias del siglo XX.
La nueva ideología, partiendo de la observación de la realidad y de los últimos avances científicos apoya todo su sistema en la realidad profunda e incuestionable de la raza. La raza es el ser mismo del hombre. La observación de los hechos, los nuevos conocimientos más profundos de la historia y de los estudios biológicos y antropológicos muestran la falsedad del antiguo mito utópico de la igualdad de los hombres. Los hombres difieren según la raza que poseen. Y la diferencia racial no es algo meramente superficial, no se trata de una mera diferencia física, sino que encuentra también su expresión en el campo anímico y espiritual. Las razas difieren en sus propios ideales, en sus formas de comprender la vida, en su carácter y en sus actitudes, en su capacidad de actuación histórica y en la forma en que ésta se realiza. Raza y alma, dirá Rosenberg, son dos expresiones para designar una misma realidad; es una misma cosa desde dos ángulos diferentes, etc., no son sino expresiones de un alma racial.
El significado de la historia, escribe Rosenberg en el “Mito del siglo XX”, es la expansión de una luz que brilla en. el Norte (el centro originario de la raza aria) y que extiende su resplandor, con las sucesivas dispersiones de las estirpes arias, a todo el mundo. La historia nos muestra la lucha continua entre los elementos arios y otras razas inferiores, especialmente la raza levantina, con principios, concepciones y actitudes naturalmente opuestas a las de la raza creadora. La historia es, en palabras del gran pensador germano, “una lucha dramática entre diversas razas y sus almas”. Es la lucha que encontramos en el seno del pueblo griego (en el cual luchan principios arios contra concepciones levantinas, concepciones éstas que acaban señalando su predominio en la época de decadencia y del helenismo); la lucha interna del elemento romano contra la infiltración etrusca; las querellas de Roma contra Cartago... Esta lucha de razas y de almas encuentra su expresión en los últimos siglos, en el liberalismo y el marxismo, que no son sino el instrumento y el fruto de la raza judía, que amenaza con corroer para siempre la esencia espiritual, y la existencia física misma, de los pueblos europeos. El nacionalsocialismo es la expresión ideológica de la lucha del hombre ario por su libertad.
Este es el sentido de las nuevas luchas políticas e ideológicas del siglo XX: no se trata ya de un enfrentamiento de países contra países, de una dinastía contra la otra o de lucha de intereses económicos; se trata de la oposición de dos almas: la raza judía, materialista y parasitaria, que domina los países capitalistas, liberales y marxistas, y la raza aria, cuyos ideales, carcomidos por siglos de dominio levantino, pueden resumirse en las palabras “sangre y honor” (Blut und Ehre).
El. nacionalsocialismo surge así como un gran movimiento revolucionario, que surge desde lo más profundo del ser alemán y, en general, del ser ario-europeo. El nuevo ideal racial es la fuerza aglutinante de la comunidad nacional. El signo ario, la Cruz Gamada, es el símbolo de una nueva síntesis armónica y equilibrada, que es la superación de la era de la disgregación que fue el siglo XIX. El nacionalsocialismo es, así configurado, “la gran síntesis estatal del siglo XX; la síntesis de nacionalismo y socialismo. El nacionalismo, depurado de los beneficios de los político-economistas sin alma; el socialismo, depurado de la ilusión de la internacional y de la suicida lucha de clases. No más alianzas entre el martillo y la bolsa del dinero, sino unión entre el martillo, la cabeza y la espada. El símbolo de esta unión es la Cruz Gamada’ El equilibrio entre personalidad y comunidad constituye la esencia del nuevo socialismo, que surge en abierta oposición al socialismo internacionalista y materialista creado por la mente judía socialismo decadente, individualista y masificante, que no hace sino debilitar a la nación.
No nos encontramos ante un movimiento político, con unas ideas de alcance mas o menos amplio, sino con una verdadera ideología que abarca toda la realidad humana.
La nueva idea comunitaria encuentra su manifestación en todas las esferas de la vida, en la organización política, en el arte, en la moral, en la economía... Misión de la economía es afianzar el ser nacional, el ser de la raza, asegurar su existencia y permitir la más plena expresión de su personalidad. Deber del arte es promover la energía y la vitalidad de la comunidad nacional y dar expresión y forma al alma racial del pueblo La lucha que se desarrolla en el siglo XX y en general la lucha que se desarrolla a lo largo de la historia, si bien con disfraces diversos, es una lucha de valores, que van ligados a un ser racial Y en la afirmación o derrota de estos valores, que afectan al ser humano en su totalidad, el arte, la moral, el pensamiento, todas las manifestaciones de la vida tienen un papel decisivo a cumplir No se trata de una nueva lucha política, sino de una lucha total, que afecta incluso al interior de cada hombre, de una lucha por la propia existencia. En la lucha de razas que configura la historia se decide el ser o el no ser de cada cual
De aquí la oposición decidida de Rosenberg al “bolchevismo artístico”, al feminismo, al colectivismo sexual, y a todas las formas bajo las cuales se presenta la decadencia. El bolchevismo, que no es sino el más craso materialismo aplicado a todas las esferas de la vida y la adulteración de todos los valores de la raza, encuentra su expresión no sólo en la esfera política y social, sino también en el campo del arte, de la moral, de la religión, etc. El acabar con el bolchevismo supone una decidida postura de afirmación de los valores espirituales, raciales y nacionales en todos los campos. Comunismo, capitalismo, feminismo, individualismo, decadencia artística, amoralidad, pacifismo, internacionalismo, son todo formas de un mismo fenómeno, que la revolución nacionalsocialista ha de superar.
Al contrario de lo que suele creerse, Rosenberg propugna una reespiritualización de la vida, aportando a la necesidad imperiosa de que ésta esté regida por valores y principios del más hondo contenido espiritual. Aunque, eso sí, un excesivo germanismo y ciertas mixtificaciones ideológicas, que adolecen de cierto contagio con la mentalidad que se pretende superar (el culto excesivo rendido a la ciencia y al espíritu laico, son un ejemplo clarísimo), le llevan a considerar a la Iglesia Católica como un elemento extraño al organismo germánico y a la tradición aria (postura algo parecida, y por las mismas razones, tomará con respecto al Imperio español o la India brahmánica). Todo ello no obsta, sin embargo, para apreciar los grandes valores contenidos en su doctrina. En sus escritos defiende la necesidad de un punto de partida religioso para la vida artística alemana y, en más de una ocasión, señalará como una “renovación religiosa” no podrá tomar vida, mientras no haya sido aniquilado el marxismo y haya sido superada toda la mentalidad proveniente del siglo del liberalismo.
Esta es, en muy breves líneas y en algunos de sus puntos más importantes, el pensamiento de Alfred Rosenberg. Para desgracia de Europa y del mundo, las ideologías ya decrépitas del siglo XIX coaligaron sus poderosos medios para asfixiar a la joven y nueva revolución, que prometía un luminoso porvenir de paz, de libertad y de armonía. Pero, por mucho que disguste a los apóstoles del pacifismo que no vacilaron en desencadenar una guerra de efectos tan terribles para salvar sus agonizantes sistemas, la derrota material no implica la derrota de la Idea. Muchas de las ideas expuestas por Rosenberg y que constituyeron el motor de la revolución nacional racista europea tienen hoy una plena vigencia. Y hoy día, cuando el sistema democrático liberal-marxista se ve roído por una cada vez más profunda crisis, no nos cabe duda de que la “Cruzada de las democracias” no hizo sino retardar algo el proceso y que algún día aquellas ideas se harán realidad.


RELACION DE OBRAS EDITADAS EN ESPAÑOL DE LOS AUTORES INCLUIDOS EN ESTE LIBRO.

CHAMBERLAIN, H. S..
- El Drama Wagneria —en catalán—
- El Drama Wagneriano (agotado)

GOBINEAU, Conde de
- El problema racial (resumen de “Ensayo sobre la desigualdad de las razas humanas”)
- Ensayo sobre la desigualdad de las razas humanas. (agotado)
- La danzarina de Shamakha y o tras novelas asiáticas.
- El Renacimiento.
- La vida de viaje y otras novelas asiáticas.

NIETZSCHE, Federico
- Asi hablabá Zarathustra.
- El anticristo.
- Mas allá del bien y del mal.
- Humano; demasiado humano.
- La voluntad de poderío.
- Gaya ciencia.
- Ecce Horno.
- La genealogía de la moral.
- Opiniones y sentencias.
- El viajero y su sombra.
- Aurora.
- Obras completas (cinco tomos) (agotado)

ROSENBERG, Alfred
- Fundamentos del nacionalsocialismo.
- El Mito del Siglo XX

SCHOPENHAUER, Arthur
- El amor, las mujeres y la muerte.
- Arte del buen vivir.
- Sobre la voluntad de la naturaleza.
- Aforismos sobre la sabiduría de la vida.
- Fragmentos sobre la historia de la filosofía.
- El libre albedrío.
- El fundamento de la moral.
- Sobre la cuadruple raiz del principio de razón suficiente.
- El mundo como voluntad y representación (tres tomos)(agotado)

SPENGLER, Oswald
- El hombre, la técnica y otros ensayos.
- Años decisivos
- La Decadencia de Occidente (dos tomos) (agotado)

WAGNER, Richard
- Epistolario a Matilde Wesendonk
- La poesía y la música en el drama del futuro.
- Correspondencia Wagner-Liszt.
- Textos en español de sus dramas musicales (agotado)
- Textos en catalán de sus dramas musicales (algunos agotados)
- L’Art i la revolució —en catalán— (agotado).
- Religión y Arte (recopilación artículos póstumos) (agotado)

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