Pero, sin lugar a dudas, hablará sobre los temas que enfatizó en la última cumbre de la APEC en Seattle, donde presentó su "gran visión de un futuro de libre mercado", ante mucha reverencia, asombro y aclamación. Había decidido hacer esto en un hangar de la corporación aérea Boeing, ofreciendo este triunfo de valores empresariales como el ejemplo primordial de la gran visión de¡ mercado libre. La selección (del lugar) tiene sentido: Boeing es el principal exportador del país, aviones civiles encabezan las exportaciones industriales estadounidenses, y la industria del turismo -basada en el transporte aéreo- cuenta con el 30% del surplus comercial estadounidense en servicios.
Sólo algunos hechos fueron omitidos ante el entusiasta coro. Antes de la Segunda Guerra Mundial, Boeing prácticamente no tenía beneficios. Se enriqueció durante la guerra, con un gran incremento en inversiones, de las que más del 90% provenían del gobierno federal, Las ganancias también florecieron cuando Boeing incremento su valor neto en más de cinco veces, realizando su deber patriótico.
Sólo algunos hechos fueron omitidos ante el entusiasta coro. Antes de la Segunda Guerra Mundial, Boeing prácticamente no tenía beneficios. Se enriqueció durante la guerra, con un gran incremento en inversiones, de las que más del 90% provenían del gobierno federal, Las ganancias también florecieron cuando Boeing incremento su valor neto en más de cinco veces, realizando su deber patriótico.
Su "fenomenal historia financiera" en los años que siguieron, se basaba también en la largueza del contribuyente fiscal, señaló Frarik Kofsky en un estudio de las primeras fases de posguerra del sistema del Pentágono, "permitiendo a los dueños de las compañías aéreas cosechar ganancias fantásticas con inversiones mínimas de su parte".
Después de la guerra, el mundo empresarial reconoció que "la industria aérea contemporánea no puede existir satisfactoriamente en una economía libre empresarial pura, competitiva, sin subsidios y que "el gobierno es su único salvador posible" (Fortune, Business Week). El sistema del Pentágono fue revitalizado como el "salvador", para sostener y expandir la industria junto con la mayor parte del resto de la economía industrial. La Guerra Fría proveyó el pretexto.
Después de la guerra, el mundo empresarial reconoció que "la industria aérea contemporánea no puede existir satisfactoriamente en una economía libre empresarial pura, competitiva, sin subsidios y que "el gobierno es su único salvador posible" (Fortune, Business Week). El sistema del Pentágono fue revitalizado como el "salvador", para sostener y expandir la industria junto con la mayor parte del resto de la economía industrial. La Guerra Fría proveyó el pretexto.
El primer secretario de la Fuerza Aérea, Stuart Symington, presentó el asunto con claridad en enero de 1948:
"La palabra a usar no era 'subsidio'; la palabra a usar era 'seguridad'".
Como representante industrial en Washington, Symington regularmente demandó suficientes fondos de adquisición en el presupuesto militar para "satisfacer las necesidades de la industria aérea", como decía, ganando la Boeing la mayor parte.
Y así la historia continúa. A inicios de los ochenta, Boeing contaba con los negocios militares para "la mayor parte de sus ganancias" y después de una baja de 1989 a 1991 , su sección de defensa y espacial tuvo una "tremenda vuelta" como informó el Wall Street Journal. Una razón es el auge de ventas militares externas, cuando Estados Unidos se volvía el mayor vendedor de armamentos, cubriendo alrededor del 75% del mercado del Tercer Mundo, basándose en una amplia intervención del gobierno y subsidios públicos para suavizar el camino.
Y así la historia continúa. A inicios de los ochenta, Boeing contaba con los negocios militares para "la mayor parte de sus ganancias" y después de una baja de 1989 a 1991 , su sección de defensa y espacial tuvo una "tremenda vuelta" como informó el Wall Street Journal. Una razón es el auge de ventas militares externas, cuando Estados Unidos se volvía el mayor vendedor de armamentos, cubriendo alrededor del 75% del mercado del Tercer Mundo, basándose en una amplia intervención del gobierno y subsidios públicos para suavizar el camino.
En cuanto a las ganancias del mercado civil, una estimación adecuada de su volumen excluiría la contribución que se deriva de la tecnología de doble uso y otras contribuciones del sector público que son difíciles de cuantificar con precisión pero, sin lugar a dudas, muy sustanciales.
La comprensión de que la industria no puede sobrevivir en una "economía de 'libre empresa'" se extendió mucho más allá de los aviones. La pregunta operativo después de la guerra consistía en qué forma debería tomar el subsidio público. Líderes empresariales entendieron que gastos sociales podrían estimular la economía, pero prefirieron la alternativas militar, por razones que tienen que ver con privilegio y poder, no con "racionalidad económica".
La comprensión de que la industria no puede sobrevivir en una "economía de 'libre empresa'" se extendió mucho más allá de los aviones. La pregunta operativo después de la guerra consistía en qué forma debería tomar el subsidio público. Líderes empresariales entendieron que gastos sociales podrían estimular la economía, pero prefirieron la alternativas militar, por razones que tienen que ver con privilegio y poder, no con "racionalidad económica".
En 1948, la prensa empresarial consideraba los "gastos de Guerra Fría" de Truman como una "fórmula mágica para tiempos buenos casi interminables" (Steel). Tales subsidios públicos podrían "mantener un tono ascendente", comentó Business Week, siempre y cuando los rusos cooperaran con una postura lo suficientemente amenazante. En 1949, notaron con alivio que "hasta ahora las iniciativas de paz han sido barridas a un lado" por Washington, pero siguieron preocupados porque su "ofensiva de paz", pese a todo, pudiera interferir con "el prospecto de un continuo crecimiento en los gastos militares".
El Magazine of Wall Street vio los gastos militares como una forma de "inyectar nueva fuerza en toda la economía" y un par de años más tarde, consideró "obvio que tanto las economías extranjeras como la nuestra dependen ahora principalmente del volumen de los continuos gastos para armamentos en este país", refiriéndose al keynesianismo militar internacional que finalmente tuvo éxito en la reconstrucción de las sociedades capitalistas industriales foráneas.
El sistema del Pentágono tiene numerosas ventajas sobre formas alternativas de intervención en la economía. importe al público una gran carga de los costos mientras asegura un mercado garantizado para la producción en exceso. No menos significante es que no tiene los efectos colaterales indeseables que tiene el gasto social dirigido hacia las necesidades humanas. Aparte de sus efectos redistributivos no bienvenidos, tales gastos tienden a interferir con las prerrogativas de los managers; una producción útil puede socavar la ganancia privada, mientras que la producción de derroche (armas, extravagancias tales como el hombre en la luna, etc.) subsidiada por el Estado es un regalo para el dueño y el manager quien se entregará en seguida cualquier producto derivado que sea interesante para el mercado.
El sistema del Pentágono tiene numerosas ventajas sobre formas alternativas de intervención en la economía. importe al público una gran carga de los costos mientras asegura un mercado garantizado para la producción en exceso. No menos significante es que no tiene los efectos colaterales indeseables que tiene el gasto social dirigido hacia las necesidades humanas. Aparte de sus efectos redistributivos no bienvenidos, tales gastos tienden a interferir con las prerrogativas de los managers; una producción útil puede socavar la ganancia privada, mientras que la producción de derroche (armas, extravagancias tales como el hombre en la luna, etc.) subsidiada por el Estado es un regalo para el dueño y el manager quien se entregará en seguida cualquier producto derivado que sea interesante para el mercado.
Los gastos sociales pueden levantar también el interés y la participación públicos, aumentando de esta forma la amenaza de la democracia. Por estas razones, Business Week explicaba en 1949 que, "existe una diferencia social y económica tremenda entre gastos de inversiones gubernamentales para la asistencia social v para lo militar", siendo lo último mucho más preferible. Y así continúa, notablemente en el Condado de Cobb y otros baluartes semejantes de la doctrina libertaria y de los valores empresariales.
Mercados libres son buenos para el Tercer Mundo y su creciente contraparte aquí. Madres con niños dependientes pueden ser aleccionadas severamente sobre la necesidad de tener confianza en sí mismas, pero no los ejecutivos e inversionistas dependientes, por favor. Para ellos, el Estado benefactor tiene que florecer. "Amor duro" es justo la consigna adecuada para la política estatal, siempre y cuando le demos el significado correcto: amor para los ricos, dureza para todos los demás.
Sobra decir que concentrándose en los países ricos como el nuestro, esto es altamente engañoso. El "neoliberalismo" de doble filo tiene, por mucho, sus efectos más letales en los tradicionales dominios coloniales, que -aparte del área basada en Japón-, son en gran medida un desastre, mejorando solamente por medidas económicas asentadas ideológicamente, que ignoran los efectos sobre las personas.
Mercados libres son buenos para el Tercer Mundo y su creciente contraparte aquí. Madres con niños dependientes pueden ser aleccionadas severamente sobre la necesidad de tener confianza en sí mismas, pero no los ejecutivos e inversionistas dependientes, por favor. Para ellos, el Estado benefactor tiene que florecer. "Amor duro" es justo la consigna adecuada para la política estatal, siempre y cuando le demos el significado correcto: amor para los ricos, dureza para todos los demás.
Sobra decir que concentrándose en los países ricos como el nuestro, esto es altamente engañoso. El "neoliberalismo" de doble filo tiene, por mucho, sus efectos más letales en los tradicionales dominios coloniales, que -aparte del área basada en Japón-, son en gran medida un desastre, mejorando solamente por medidas económicas asentadas ideológicamente, que ignoran los efectos sobre las personas.
Con apologías desesperanzadamente inadecuadas para las víctimas, dejaré a un lado esta terrible historia de grandes crímenes contra la humanidad, por los cuales seguimos teniendo responsabilidad.
III. Crisis global económica
Los principales factores que han conducido a la actual crisis económica global se entienden razonablemente bien. Uno es la globalización de la producción, que ha ofrecido a los empresarios el provocador prospecto de hacer retroceder las victorias en derechos humanos conquistadas por la gente trabajadora. La prensa empresarial francamente advierte a los mimados trabajadores occidentales" que tienen que abandonar sus "estilos de vida lujosos" y tales "rigideces del mercado" como seguridad del trabajo, pensiones, salud y seguridad laboral, y otras tonterías anacrónicas.
Economistas enfatizan que el flujo laboral es difícil de estimar, pero ésta es una parte pequeña del problema. La amenaza es suficiente, para forzar a la gente a aceptar salarios más bajos, jornada,, más largas, beneficios y seguridad reducidos y otras "inflexibilidades" de esta naturaleza.
El fin de la Guerra Fría que retorna a la mayor parte de Europa del Este a su tradicional papel de servicio, pone nuevas armas en las manos de los dueños, como informa la prensa empresarial con irrestricto regocijo, General Motors y Volkswagen pueden desplazar la producción hacia un Tercer Mundo restaurado en el Este, donde pueden encontrar trabajadores a una fracción de los costos de los "mimados trabajadores occidentales", mientras se benefician con altas tarifas proteccionistas y demás amenidades que los "mercados libres realmente existentes" proveen para los ricos.
Estados Unidos y Gran Bretaña conducen el proceso de pulverizar a los pobres y a la gente trabajadora, pero otros serán arrastrados, gracias a la integración global.
Y mientras el ingreso familiar medio continúa su baja, aun bajo las condiciones de una recuperación lenta, la revista Fortune goza con malicia de las ganancias "deslumbrantes" de los Fortune 500, pese al "estancado" crecimiento de las ventas. La realidad de la "magra y mala era" es que el país está inundado en capital -pero en las manos correctas.
Y mientras el ingreso familiar medio continúa su baja, aun bajo las condiciones de una recuperación lenta, la revista Fortune goza con malicia de las ganancias "deslumbrantes" de los Fortune 500, pese al "estancado" crecimiento de las ventas. La realidad de la "magra y mala era" es que el país está inundado en capital -pero en las manos correctas.
La desigualdad ha regresado a los niveles anteriores a la Segunda Guerra Mundial, si bien América Latina tiene la peor historia en el mundo, gracias a nuestra benevolente tutela. Como el Banco Mundial -entre otros- reconoce, una igualdad relativa y gastos para la salud y educación son factores significantes para el crecimiento económico (para no mencionar la calidad de vida). Pero aquél sigue actuando también, para incrementar la desigualdad y socavar el gasto social, en beneficio de los "intereses permanentes".
Un segundo factor en la actual catástrofe del capitalismo de Estado que ha dejado una tercera parte de la población mundial virtualmente sin medios de subsistencia, es la gran explosión del capital financiero no regulado desde que el sistema de Bretton Woods fue desmantelado hace veinte años, con quizás un billón de dólares fluyendo diariamente. Su constitución ha cambiado también de manera radical. Antes de que el sistema fuera desmantelado por Richard Nixon, alrededor del 90% del capital en intercambios internacionales era para inversión y comercio, el 10% para especulación Alrededor de 1990, esos números se habían invertido.
Un segundo factor en la actual catástrofe del capitalismo de Estado que ha dejado una tercera parte de la población mundial virtualmente sin medios de subsistencia, es la gran explosión del capital financiero no regulado desde que el sistema de Bretton Woods fue desmantelado hace veinte años, con quizás un billón de dólares fluyendo diariamente. Su constitución ha cambiado también de manera radical. Antes de que el sistema fuera desmantelado por Richard Nixon, alrededor del 90% del capital en intercambios internacionales era para inversión y comercio, el 10% para especulación Alrededor de 1990, esos números se habían invertido.
Un informe de la UNCTAD estima que el 95% se usa actualmente para la especulación. En 1978, cuando los efectos ya estaban a la vista, el premio Nobel en Economía, James Tobin, sugirió en su discurso presidencial a la Asociación Economistas Estadounidenses que deberían constituirse impuestos para desacelerar los flujos especulativos, que llevarían el mundo hacia una economía de escaso crecimiento, bajos salarios y altas ganancias. En la actualidad, este punto es ampliamente reconocido; un estudio dirigido por Paul Volcker, anterior jefe de la Reserva Federal, atribuye alrededor de la mitad de la desaceleración sustancial en el crecimiento económico desde los comienzos de los años setenta al incremento de la especulación.
En general, el mundo está siendo movido hacia un tipo de modelo del Tercer Mundo, por una política deliberada de Estado y las corporaciones, con sectores de gran riqueza, una gran masa de miseria y una gran población superflua, desprovista de todo derecho porque no contribuye en nada a la generación de ganancias, el único valor humano.
La surplus población tiene que ser mantenida ignorante, pero también debe ser controlada. Este problema es enfrentado de manera directa en los dominios del Tercer Mundo que han sido sometidos por mucho tiempo al control occidental, y, por lo tanto, reflejan los valores conductores con mayor claridad: mecanismos favorecidos incluyen el terror a gran escala, escuadrones de la muerte, la "limpieza social" y otros métodos de probada eficiencia.
En general, el mundo está siendo movido hacia un tipo de modelo del Tercer Mundo, por una política deliberada de Estado y las corporaciones, con sectores de gran riqueza, una gran masa de miseria y una gran población superflua, desprovista de todo derecho porque no contribuye en nada a la generación de ganancias, el único valor humano.
La surplus población tiene que ser mantenida ignorante, pero también debe ser controlada. Este problema es enfrentado de manera directa en los dominios del Tercer Mundo que han sido sometidos por mucho tiempo al control occidental, y, por lo tanto, reflejan los valores conductores con mayor claridad: mecanismos favorecidos incluyen el terror a gran escala, escuadrones de la muerte, la "limpieza social" y otros métodos de probada eficiencia.
Aquí, el método favorito ha sido el de confinar a la gente superflua en guetos urbanos que crecientemente se parecen a campos de concentración. Si esto falla, van a las cárceles, que son la contraparte en una sociedad más rica, a los escuadrones de la muerte que nosotros entrenamos y apoyarnos en nuestros dominios. Bajo los entusiastas reaganistas del poder estatal, el número de presos en Estados Unidos casi se triplicó, dejando nuestros principales competidores, África del Sur y Rusia, muy atrás, - si bien Rusia acaba de alcanzamos, va que empieza a dominar los valores de sus tutores estadounidenses.
La "guerra de drogas", que es en gran medida fraudulenta, ha servido como un mecanismo principal para encarcelar a la población no deseada. Una nueva legislación penal debería facilitar el proceso, con sus procedimientos judiciales mucho más severos. Los nuevos y enormes gastos para prisiones también son bienvenidos como otro estímulo keynesiano a la economía. "Las empresas cobran", escribe el Wall Street Journal, reconociendo una nueva manera de ordeñar al publico en esta era "conservadora".
La "guerra de drogas", que es en gran medida fraudulenta, ha servido como un mecanismo principal para encarcelar a la población no deseada. Una nueva legislación penal debería facilitar el proceso, con sus procedimientos judiciales mucho más severos. Los nuevos y enormes gastos para prisiones también son bienvenidos como otro estímulo keynesiano a la economía. "Las empresas cobran", escribe el Wall Street Journal, reconociendo una nueva manera de ordeñar al publico en esta era "conservadora".
Entre los afortunados se encuentran la industria de la construcción, consultorios legales, el floreciente y beneficioso complejo de cárceles privadas,
"los nombres más elevados de las finanzas", tales como Goldman Sachs, Prudential y otros, "competiendo para asegurar la construcción de cárceles con bonds (obligaciones) privados, exentos de impuestos".
Y para no olvidarse,
"el establecimiento de defensa" (Westinghouse, etc.), "olfateando un nuevo campo de negocios" en la supervisión de alta tecnología y sistemas de control del tipo que Big Brother habría admirado."
No sorprende que el Contrato de Gingrich llama a la expansión de esta guerra contra los pobres. La guerra tiene como blanco primordial a los afro-estadounidenses; la estrecha correlación entre raza y clase hace el procedimiento simplemente más natural.
Hombres negros son considerados como una población criminal, concluye el criminólogo William Chambliss, autor de muchos estudios, incluyendo la observación directa por parte de estudiantes y profesores en un proyecto con la policía de Washington. Esto no es exactamente correcto; se supone que los criminales tienen derechos constitucionales, pero como muestran los estudios de Chambliss y otros, esto no es verdad para las comunidades escogidas como puntos de mira, que son tratadas como una población bajo ocupación militar.
Los negros constituyen un blanco particularmente bien escogido porque están indefensos. Y la generación de miedo y odio es, por supuesto, un método estándar de control de la población, trátese de negros, judíos, homosexuales, reinas de la asistencia social o algún otro diablo designado.
Los negros constituyen un blanco particularmente bien escogido porque están indefensos. Y la generación de miedo y odio es, por supuesto, un método estándar de control de la población, trátese de negros, judíos, homosexuales, reinas de la asistencia social o algún otro diablo designado.
Éstas son las razones básicas, parece, para el crecimiento de lo que Chambliss llama "la industria de control del crimen".
No es que el crimen no sea una amenaza real para la seguridad y la sobrevivencia; lo es y lo ha sido durante mucho tiempo. Pero no se enfrentan las causas; más bien, el crimen es explotado de diferentes maneras como un método de control de la población.
En general, son los sectores más vulnerables, lo- que están siendo atacados. Los niños son otro blanco natural. El asunto ha sido tocado en varios estudios importantes, uno de ellos es un análisis de 1993 de la UNICEF, realizado por la reconocida economista estadounidense Silvia Ann Hewlett, llamado la negligencia para con niños en las sociedades ricas. Estudiando los últimos quince años, Hewlett encuentra una marcada división entre las sociedades angloamericanas y las de Europa continental y Japón.
En general, son los sectores más vulnerables, lo- que están siendo atacados. Los niños son otro blanco natural. El asunto ha sido tocado en varios estudios importantes, uno de ellos es un análisis de 1993 de la UNICEF, realizado por la reconocida economista estadounidense Silvia Ann Hewlett, llamado la negligencia para con niños en las sociedades ricas. Estudiando los últimos quince años, Hewlett encuentra una marcada división entre las sociedades angloamericanas y las de Europa continental y Japón.
El modelo angloamericano, escribe Hewlett, es un "desastre" para niños y familias; el modelo europeo-japonés, en contraste, ha mejorado su situación considerablemente. Como otros, Hewlett, atribuye el "desastre" angloamericano a la preferencia ideológica para los "mercados libres". Pero ésta es sólo una verdad a medias, como he mencionado. Cualquier nombre que uno quisiera dar a la ideología reinante, es injusto manchar el buen nombre de "conservadurismo", aplicándolo a esta forma de estatismo reaccionario, violento y sin ley, con su desprecio hacia la democracia y los derechos humanos, y también a los mercados.
Dejando a un lado las causas, no hay mucha duda sobre los efectos de lo que Hewlett llama "el espíritu anti-niños desatado en estas tierras", primordialmente Estados Unidos y Gran Bretaña. El "modelo angloamericano lleno de negligencia" ha privatizado en gran medida los servicios de atención a los niños, dejándolos fuera del alcance de la mayoría de la población. El resultado es un desastre para niños y familias, mientras que en el 'modelo europeo que es mucho más asistencial", la política social ha reforzado los sistemas de apoyo para ellos.
Una comisión de alto nivel de los Consejos Educativos de los estados y de la AMA ha recalcado que "nunca antes una generación de niños ha sido menos salubre, menos atendida o menos preparada para la vida que sus padres en la misma edad"; si bien es sólo en las sociedades angloamericanas, donde "un espíritu anti-niño y anti-familia" ha dominado durante quince años bajo la apariencia del "conservadurismo" y de los "valores familiares", un triunfo doctrinal que cualquier dictador admiraría.
En parte, el desastre es simplemente un resultado de los salarios decrecientes. Para una gran parte de la población, ambos padres tienen que trabajar tiempo extra simplemente para proveer lo necesario. Y la eliminación de las "rigideces del mercado" significa que tienes que trabajar horas extras por salarios más bajos -si no, las consecuencias son imprevisibles. El tiempo en que padres y niños están en contacto se ha reducido radicalmente. Hay un fuerte incremento en el uso de la televisión para la supervisión de los niños, niños encerrados, alcoholismo infantil y uso de drogas, criminalidad, violencia de y contra niños, y otros efectos evidentes sobre la salud, la educación y la capacidad de participar en una sociedad democrática -o, siquiera, la sobrevivencia-.
Éstas no son, nuevamente, leyes de la naturaleza, pero sí políticas sociales conscientemente diseñadas con un objetivo particular: enriquecer a los Fortune 500 (los 500 más ricos que menciona la revista Fortune - H.D.), exactamente lo que sucede, mientras Gingrich y sus semejantes predican impunemente "valores familiares", con la ayuda de aquellos que la prensa obrera de] siglo XIX llamaba "el sacerdocio comprado".
Algunas consecuencias de la guerra contra niños y familias, sí reciben gran atención, en una manera que es ilustradora. En las últimas semanas, importantes revistas han puesto amplia atención en nuevos libros preocupados con decrecientes coeficientes de inteligencia (IQ) y aprendizajes escolares. El New York Times Book Review dedicó un artículo de usualmente largo a este tópico, escrito por su redactor de ciencias, Macolm Browne, quien lo inicia con la advertencia de que gobiernos y sociedades que ignoren los tópicos tematizados por estos libros "lo harán a su propio riesgo".
Dejando a un lado las causas, no hay mucha duda sobre los efectos de lo que Hewlett llama "el espíritu anti-niños desatado en estas tierras", primordialmente Estados Unidos y Gran Bretaña. El "modelo angloamericano lleno de negligencia" ha privatizado en gran medida los servicios de atención a los niños, dejándolos fuera del alcance de la mayoría de la población. El resultado es un desastre para niños y familias, mientras que en el 'modelo europeo que es mucho más asistencial", la política social ha reforzado los sistemas de apoyo para ellos.
Una comisión de alto nivel de los Consejos Educativos de los estados y de la AMA ha recalcado que "nunca antes una generación de niños ha sido menos salubre, menos atendida o menos preparada para la vida que sus padres en la misma edad"; si bien es sólo en las sociedades angloamericanas, donde "un espíritu anti-niño y anti-familia" ha dominado durante quince años bajo la apariencia del "conservadurismo" y de los "valores familiares", un triunfo doctrinal que cualquier dictador admiraría.
En parte, el desastre es simplemente un resultado de los salarios decrecientes. Para una gran parte de la población, ambos padres tienen que trabajar tiempo extra simplemente para proveer lo necesario. Y la eliminación de las "rigideces del mercado" significa que tienes que trabajar horas extras por salarios más bajos -si no, las consecuencias son imprevisibles. El tiempo en que padres y niños están en contacto se ha reducido radicalmente. Hay un fuerte incremento en el uso de la televisión para la supervisión de los niños, niños encerrados, alcoholismo infantil y uso de drogas, criminalidad, violencia de y contra niños, y otros efectos evidentes sobre la salud, la educación y la capacidad de participar en una sociedad democrática -o, siquiera, la sobrevivencia-.
Éstas no son, nuevamente, leyes de la naturaleza, pero sí políticas sociales conscientemente diseñadas con un objetivo particular: enriquecer a los Fortune 500 (los 500 más ricos que menciona la revista Fortune - H.D.), exactamente lo que sucede, mientras Gingrich y sus semejantes predican impunemente "valores familiares", con la ayuda de aquellos que la prensa obrera de] siglo XIX llamaba "el sacerdocio comprado".
Algunas consecuencias de la guerra contra niños y familias, sí reciben gran atención, en una manera que es ilustradora. En las últimas semanas, importantes revistas han puesto amplia atención en nuevos libros preocupados con decrecientes coeficientes de inteligencia (IQ) y aprendizajes escolares. El New York Times Book Review dedicó un artículo de usualmente largo a este tópico, escrito por su redactor de ciencias, Macolm Browne, quien lo inicia con la advertencia de que gobiernos y sociedades que ignoren los tópicos tematizados por estos libros "lo harán a su propio riesgo".
No hay ninguna mención del estudio de la UNICEF, y tampoco he visto ninguna reseña en otra parte -o de hecho, de cualquier estudio que se ocupara de la guerra contra los niños y familias en las sociedades angloamericanas.
Entonces, ¿cuál es la pregunta que ignoramos a nuestro propio riesgo?
Entonces, ¿cuál es la pregunta que ignoramos a nuestro propio riesgo?
Sucede que es bastante limitada: posiblemente el IQ es parcialmente heredado, y de manera más ominosa, vinculado a la raza, con negros que engendran como conejos y echan a perder la reserva genética. Quizás las madres negras no crían a sus niños porque se desarrollaron en el cálido pero altamente impredecible ambiente de África, sugiere uno de los autores de los libros reseñados. Ésta es ciencia verdadera, que ignoramos a nuestro propio peligro.
Pero podemos, de hecho tenemos que ignorar las políticas sociales para los pobres y la protección estatal para los ricos -basadas en el mercado libre-, y el hecho, por ejemplo, de que en la ciudad donde aparecen estos materiales -que es la más rica en el mundo- el 40% de los niños vive debajo de la línea de pobreza, privado de la esperanza de escapar de la miseria e indigencia. ¿Podría esto tener algo que ver con el estado de los niños y sus logros? Podemos ignorar en seguida tales interrogantes -una decisión natural de los ricos y poderosos, dirigiéndose unos a los otros y buscando justificaciones para la guerra de clases que conducen y sus efectos humanos.
No insultaré su inteligencia discutiendo los méritos científicos de estas contribuciones, habiéndole hecho en otros trabajos, como ya lo hicieron muchos otros.
Éstas son algunas de las formas más feas de control de la población. En la variante más benigna, el populacho tiene que ser desviado hacia actividades no problemáticas por las grandes instituciones de propaganda, organizadas y dirigidas par la comunidad empresarial, medio-estadounidense, que dedica un enorme capital y energía para convertir a la gente en átomos de consumición y herramientas obedientes de producción (si tienen la suficiente suerte para encontrar trabajo) -aislados uno del otro, carentes aun de una concepción de lo que una vida humana decente podría ser. Esto es importante. Sentimientos humanos normales tienen que ser aplastados.
No insultaré su inteligencia discutiendo los méritos científicos de estas contribuciones, habiéndole hecho en otros trabajos, como ya lo hicieron muchos otros.
Éstas son algunas de las formas más feas de control de la población. En la variante más benigna, el populacho tiene que ser desviado hacia actividades no problemáticas por las grandes instituciones de propaganda, organizadas y dirigidas par la comunidad empresarial, medio-estadounidense, que dedica un enorme capital y energía para convertir a la gente en átomos de consumición y herramientas obedientes de producción (si tienen la suficiente suerte para encontrar trabajo) -aislados uno del otro, carentes aun de una concepción de lo que una vida humana decente podría ser. Esto es importante. Sentimientos humanos normales tienen que ser aplastados.
Son inconsistentes con una ideología acomodada a las necesidades del privilegio y poder, que celebra la ganancia privada como el valor humano supremo y niega los derechos de la gente más allá de lo que ésta puede salvar en el mercado laboral- aparte de los ricos, que deben recibir una amplia protección por el Estado.
Junto con la democracia, los mercados también son atacados. Aun dejando a un lado la masiva intervención estatal en Estados Unidos y en la economía internacional, la creciente concentración económica y el control de mercado ofrecen mecanismos infinitos para evadir y socavar la disciplina de mercado, una larga historia que no podemos abordar en este ensayo por razones de espacio.
Junto con la democracia, los mercados también son atacados. Aun dejando a un lado la masiva intervención estatal en Estados Unidos y en la economía internacional, la creciente concentración económica y el control de mercado ofrecen mecanismos infinitos para evadir y socavar la disciplina de mercado, una larga historia que no podemos abordar en este ensayo por razones de espacio.
Para mencionar sólo un aspecto, alrededor del 40% del "comercio mundial" no es, realmente, comercio; consiste en operaciones internas de las corporaciones, gerenciadas de manera central por una mano altamente visible, con toda clase de mecanismos para socavar los mercados en beneficio de ganancia y poder. El sistema casi-mercantilista del capitalismo transnacional corporativo está lleno de las formas de conspiraciones de los dominantes, sobre las cuales advertía Adam Smith, para no hablar de la tradicional utilización y dependencia del poder estatal y del subsidio público.
Un estudio de 1992 de la OECD concluye que,
"la competencia oligo-política y la interacción estratégica entre empresas y gobiernos, antes que la mano invisible de las fuerzas del mercado, condicionan en la actualidad las ventajas competitivas y la división internacional del trabajo en las industrias de alta tecnología", tales como agricultura, farmacéuticos, servicios y otras áreas importantes de la economía, en general.
La gran mayoría de la población mundial, que está sujeta a la disciplina del mercado e inundada con odas a sus milagros, no debe escuchar esas palabras; y pocas veces las oye.
Me temo que esto apenas toca la superficie. Es fácil de entender el estado de desesperación, ansiedad, falta de esperanza, enojo y temor que prevalece en el mundo, fuera de los sectores opulentos y privilegiados y del "sacerdocio comprado" que cantan alabanzas a nuestra magnificencia, una característica notable de nuestra "cultura contemporánea", si se puede pronunciar esta frase sin vergüenza.
Hace 170 años, muy preocupado con el destino del experimento democrático, Thomas Jefferson hizo una distinción útil entre "aristócratas" y "demócratas". Los "aristócratas' eran "quienes tienen temor y desconfianza en la gente y desean quitarles todos los poderes para ponerlos en manos de las clases altas". Los demócratas, en cambio, "se identifican con la gente, tienen confianza en ella, la elogian y la consideran el honesto y seguro depositario del interés público", si no siempre "los más sabios".
Me temo que esto apenas toca la superficie. Es fácil de entender el estado de desesperación, ansiedad, falta de esperanza, enojo y temor que prevalece en el mundo, fuera de los sectores opulentos y privilegiados y del "sacerdocio comprado" que cantan alabanzas a nuestra magnificencia, una característica notable de nuestra "cultura contemporánea", si se puede pronunciar esta frase sin vergüenza.
Hace 170 años, muy preocupado con el destino del experimento democrático, Thomas Jefferson hizo una distinción útil entre "aristócratas" y "demócratas". Los "aristócratas' eran "quienes tienen temor y desconfianza en la gente y desean quitarles todos los poderes para ponerlos en manos de las clases altas". Los demócratas, en cambio, "se identifican con la gente, tienen confianza en ella, la elogian y la consideran el honesto y seguro depositario del interés público", si no siempre "los más sabios".
Los aristócratas de sus días eran los protagonistas del naciente Estado capitalista, que Jefferson consideraba con mucha consternación, reconociendo la contradicción entre democracia y capitalismo, que es mucho más evidente en la actualidad, cuando tiranías privadas sin control adquieren un poder extraordinario sobre todos los aspectos de la vida.
Como siempre en el pasado, uno puede escoger ser un demócrata en el sentido de Jefferson, o un aristócrata. El segundo camino ofrece ricas recompensas, dado el lugar de riqueza, privilegio y poder, y los fines que naturalmente busca.
Como siempre en el pasado, uno puede escoger ser un demócrata en el sentido de Jefferson, o un aristócrata. El segundo camino ofrece ricas recompensas, dado el lugar de riqueza, privilegio y poder, y los fines que naturalmente busca.
El otro sendero es uno de lucha, muchas veces de derrota, pero también de recompensas que no pueden ser imaginadas por aquellos que sucumben a lo que la prensa obrera denunciaba hace 150 años como "el Nuevo Espíritu de la Era":
"Gana riqueza, olvidando todo menos lo tuyo".
El mundo de hoy está lejos del mundo de Thomas Jefferson o de los trabajadores de mediados del siglo XIX. Pero, las alternativas que ofrece, no han cambiado en esencia.
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