(Enlil, dios del aire, ha decidido
que crezcan y se desarrollen todo
tipo de árboles y plantas, para
que la abundancia reine en toda
Sumeria. Con este designio crea a
dos héroes civilizadores, dos
hermanos: Emesh (el verano) y
Enten (el invierno).Después le
asigna a cada uno de ellos sus
funciones propias.)
Enten hace que la oveja dé a luz el cordero, que la cabra dé a luz al cabrito;
que la vaca y el ternero se multipliquen, que la natilla y la leche abunden;
en la llanura, hace que se regocije
el corazón de la cabra salvaje, del carnero y del asno;
a las aves del cielo, sobre la vasta tierra
les hace construir los nidos;
a los peces del mar, en los juncales,
les hace desovar;
en los palmerales y en los viñedos
hace que abunden la miel y el vino;
los árboles, doquier que estén plantados,
hacen que produzcan frutos;
los jardines, los adorna de verdor,
da a sus plantas lozanía;
hace crecer el grano en los surcos:
como Ashnan, la virgen benévola,
hace que crezca tupido y abundante.
Emesh trae a la existencia los árboles y los campos,
engrandece establos y granjas;
en las granjas multiplica los productos,
cubre la tierra de […];
hace entrar en la casa cosechas abundantes,
llenar los graneros;
hace erigir ciudades y mansiones,
construir casas en todo el país
y elevar los Templos a la altura de las montañas.
hermanos deciden ir a Nippur y
presentar ofrendas a su padre
Enlil. Emesh ofrece animales,
aves y plantas, mientras Enten
piedras preciosas, metales raros,
árboles y peces. Al llegar al Ekur,
templo de Enlil en Nippur,
ambos discuten y se disputan el
título de “granjero de los dioses”.
Una vez ante el dios del viento
los dos exponen sus argumentos.)
Oh, padre Enlil, tú me has dado a guardar los canales,
yo he traído agua en abundancia. Yo he hecho que la granja toque a la granja,
he llenado hasta reventar los graneros.
He multiplicado el grano en los surcos,
igual que Ashnan, la virgen benévola
he hecho que creciera tupido.
Ahora bien, Emesh, el […], que no entiende nada del campo,
me ha maltratado el brazo […] y el hombro […],
en el palacio del rey […]
Emesh están muy fragmentados
y casi incomprensibles; mas
parece que usa palabras
aduladoras para ganarse la
simpatía de Enlil. Luego de oír
sus alegatos, el dios responde a
Emesh y a Enten: )
Las aguas que dan vida a todos los países,
Enten está encargado de guardarlas; granjero de los dioses, él lo produce todo.
Emesh, hijo mío, ¿cómo puedes compararte
a tu hermano Enten?
(Tras escuchar la sentencia de
Enlil, los dos hermanos,
respetuosos de la decisión, se
reconcilian.)
Las palabras sagradas de Enlil, de profundo sentido,
de decisión inconmovible, ¿quién se atrevería a infringirlas? Emesh se inca de rodillas ante Enten, le ofrece una plegaria.
En casa le llevan néctar, vino y cerveza.
Ambos beben hasta la saciedad el néctar que alegra el corazón,
el vino y la cerveza.
Emesh regala a su hermano oro, plata y lapislázuli. Como hermanos y como amigos,
se vierten alegres libaciones.
En la disputa entre Emesh y Enten,
Enten, el fiel granjero de los dioses,
habiendo salido victorioso de Emesh,
¡[…] Padre Enlil, que seas glorificado!
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