La idea de los universos paralelos fue por mucho tiempo sólo imaginaria, una especie de construcción metafórica alimentada por la fantasía de nuestro pensamiento. Después, con la llegada de disciplinas como la astrofísica y los desarrollos cuánticos de la física, la idea adquirió otro cariz y comenzó a considerársele una posibilidad real. La física teórica ha jugado con las ideas de la multidimensionalidad y los multiversos, a veces esgrimiendo argumentos de la teoría de cuerdas, la de la relatividad y la cuántica, y en muchos de esos modelos todo parecería indicar que el universo que conocemos es sólo uno de entre muchos no posibles sino existentes, aunque velados a nuestros recursos de percepción.
Es posible, sin embargo, que la ciencia esté próxima a pasar de la teoría a la comprobación. Recientemente, un grupo de científicos de la Royal Astronomical Society del Reino Unido dio a conocer la que hasta ahora parece ser la evidencia más fehaciente de la existencia de multiversos: un “punto helado” (“cold spot”) con 13 mil millones de años de antigüedad, a 1.8 mil millones de años luz de distancia y que lleva ese nombre porque su temperatura es 0.00015 grados centígrados menor que todo lo que le rodea.
Este punto de vacío en el universo fue notado por primera vez en el 2004 por el satélite WMAP de la NASA; después, en el 2013, la misión Planck de la Agencia Espacial Europea (ESA, por sus siglas en inglés) confirmó su presencia.
¿Por qué este “punto frío” puede ser tan relevante? En pocas palabras, porque la teoría estándar del origen del universo (es decir, la teoría del Big Bang y lo que ello implica) no es capaz de explicar su existencia.
La comunidad científica especializada se debate entre si este hallazgo cuestiona o no la manera en que hasta ahora se ha entendido la formación del universo. Por un lado hay quienes sostienen que el “punto frío” no es más que una “ilusión óptica” provocada por la falta de galaxias. Otros, sin embargo, con más atrevimiento, proponen otras respuestas.
Tom Shanks, por ejemplo, profesor en la Universidad de Durham, en una explicación que califica de “exótica”, considera que el “punto frío” podría tener su origen en la colisión entre nuestro universo y una burbuja de otro universo.
Si esto llega a confirmarse, Stuart Clark (doctor en astronomía y colaborador del diario inglés The Guardian) cree que entonces la física nunca llegará a explicar la naturaleza del universo, pues la idea de que existen otros universos paralelos a este en que vivimos supone que las leyes de la física que hemos llegado a comprender y sistematizar son válidas únicamente para esta realidad pero no para otras, donde pueden existir con mínimas o grandes variaciones.
Y ese problema, en cierto sentido, parece la menor de las consecuencias…
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