La luz de baja intensidad emitida por las células es un fenómeno universal, cuyo reconocimiento es hoy esencial para la comprensión de los principios mayores de la evolución biológica.
A través de su estudio, podemos encontrar explicaciones en el campo del influjo del medio ambiente electromagnético sobre la evolución de la vida, la división celular y el cáncer, la investigación farmacológica, la nutrición, etc.
Ha llegado, por tanto, el tiempo de poner fin a la disociación entre biología y física:
Además de ser fundamental para toda forma de vida sobre la tierra, la luz juega también un rol central en los procesos moleculares invisibles, excitando las moléculas y modificando sus niveles energéticos, lo que hace posible gran cantidad de reacciones bioquímicas.
Ha llegado, por tanto, el tiempo de poner fin a la disociación entre biología y física:
Además de ser fundamental para toda forma de vida sobre la tierra, la luz juega también un rol central en los procesos moleculares invisibles, excitando las moléculas y modificando sus niveles energéticos, lo que hace posible gran cantidad de reacciones bioquímicas.
También en el microcosmos molecular la evolución es un intercambio de luz:
Las reacciones químicas sólo son posibles a partir de estados electrónicos activados que implican la liberación y el intercambio de fotones.
Podemos decir hoy que las características esenciales de la vida no dependen sólo de procesos metabólicos, que representan intercambios de materia y energía, sino también de intercambios y transferencias de información, por lo que ya no es suficiente con detenerse en los detalles concernientes a la transferencia de informaciones bioquímicas, como por ejemplo las hormonas, o en la transferencia de informaciones biofísicas habituales, como diferencias de potencial y gradientes de concentración.
Los problemas de recepción, transferencia, almacenamiento y procesamiento de informaciones biológicas, tanto en las células aisladas como en los organismos, han asumido para la ciencia de hoy una importancia crucial. [1]
El espectro de absorción y emisión de ondas electromagnéticas abarca en los sistemas vivos un amplio rango de amplitudes y de frecuencias.
El espectro de absorción y emisión de ondas electromagnéticas abarca en los sistemas vivos un amplio rango de amplitudes y de frecuencias.
Este dominio se extiende desde menos de 1 hertz hasta más allá de 10 a la quince hertz, presentándose resonancias globales e inespecíficas para las frecuencias más bajas y resonancias más individuales y específicas para las frecuencias más altas:
son las reacciones sensibles de los organismos vivos frente a exposiciones a ondas electromagnéticas de frecuencias bien determinadas.
Parece que las longitudes de onda más largas son activas sobre superficies mayores como las de los órganos, y que las longitudes de onda más cortas, intervienen a distancias más reducidas, como células y moléculas.
En los vertebrados superiores se pueden obtener poderosos efectos con frecuencias comprendidas entre 1 y 100 hertz.
En los vertebrados superiores se pueden obtener poderosos efectos con frecuencias comprendidas entre 1 y 100 hertz.
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