jueves, 26 de octubre de 2017

ORÍGENES DE LA RAZA ARIA ( 2 PARTE )

 
Por ejemplo, sitios de enterramiento de la temprana Edad del Bronce en Wessex, Inglaterra, fueron una vez considerados como productos de la civilización micénica. Si bien la evidencia actual sugiere que los antiguos caucásicos emigraron hacia e influyeron sobre la aparición de las antiguas civilizaciones de America y China, esta teoría del desarrollo caucásico es completamente incorrecta. Los europeos Blancos y sus antepasados en Asia realmente tuvieron una chispa creativa muy temprana que cambió el destino del mundo. Métodos más actualizados para determinar la edad revolucionaron nuestra conciencia de esa fase de la prehistoria europea.

     Recientemente, los científicos en Balzano, Italia, realizaron una prueba de ADN sobre el Hombre del Hielo. La prueba mostró que su linaje paterno es compartido ahora por casi todos los europeos modernos y está relacionado con algunos pueblos de Europa del Noroeste. Los estudios de su ADN mitocondrial, sin embargo, que puede ser rastreado sólo por el linaje materno, demuestran que él era parte de una raza alpina que se originó en las montañas hace aproximadamente 13.000 años que ahora está totalmente extinguida. Él era realmente una mezcla de sangre nórdica y esta distinta y ahora olvidada raza pre-aria. Esta raza era previamente desconocida por los antropólogos. Sin embargo, algunos aspectos de su ADN paterno también se parecen a aquellos de la gente que ahora se encuentra en Cerdeña.

     Pero ¿vino él de Cerdeña? No, dicen los científicos. La gente de Cerdeña ha estado aislada de otros grupos demográficos europeos durante mucho tiempo, y su antiguo ADN ha permanecido menos diluído por las posteriores oleadas de Blancos que invadieron el continente de Europa hace muchos siglos. De ahí que la gente de Cerdeña hoy se parezca más estrechamente a la mayoría de los europeos de la época del Hombre del Hielo, o al menos así dice la teoría.

     El mundo del Hombre del Hielo era ya antiguo cuando Stonehenge y las Pirámides fueron construídos. La civilización largamente perdida de Otzi está envuelta en las nieblas del tiempo, y la arqueología ha revelado efectivamente sus secretos:

    «En Junio de 2005 los arqueólogos descubrieron la civilización formalizada más antigua de Europa, una red de docenas de templos, 2.000 años más antiguos que Stonehenge y las Pirámides egipcias. Más de 150 monumentos gigantescos fueron encontrados bajo tierra en campos y ciudades en Alemania, Austria y Eslovaquia, construídos hace más de 7.000 años, entre 4800 y 4600 a.C. Más de 150 asentamientos han sido identificados hasta ahora, y se espera que poco a poco se descubran más. Construídos de tierra y madera, ellos tenían terraplenes y empalizadas que se extendían hasta por 800 metros. No debería, por lo tanto, ser sorprendente enterarse de que una gran parte de lo que es tradicionalmente aceptado como cultura europea, y cultura europea cristiana, es de hecho parte de una herencia cultural mucho más antigua y largamente establecida que se remonta a muchos miles de años. El cristianismo sólo ha sido una religión dominante en el continente de Europa durante menos de 1.600 años —y en algunas partes de Europa del Norte y del Este durante menos de 900 años— y entonces es de interés particular ver que muchos rituales y costumbres son, incorrectamente, tan a menudo considerados como cristianos en su origen» (National Vanguard, 2008).

     «Aproximadamente entre 7000 y 3500 a.C. los habitantes de esa región desarrollaron una organización social mucho más compleja que sus vecinos occidentales y del Norte, desarrollando asentamientos que a menudo equivalían a pequeños pueblos, una inevitable especialización en las artes y creando instituciones religiosas» (Marija Gimbutas, [...] 1-10).

     «Un templo prehistórico recientemente descubierto está cuestionando el paradigma aceptado de la civilización humana. Göbekli Tepe ("colina barriguda" en turco) está fechada en alrededor de 12.000-10.000 a.C., o el tiempo de la destrucción de la Atlántida. El sitio incluye masivas piedras esculpidas, incluyendo dos pilares en forma de T. Rodeando a esos megalitos principales, que tienen aproximadamente 5 metros de alto, hay varias piedras más pequeñas que miran hacia dentro. En los costados de las piedras hay adornos detalladamente esculpidos de zorras, leones, escorpiones y buitres» (Andrew Curry, 2008).



     Coppens menciona el descubrimiento de "la ciudad bíblica de Jericó y sus murallas de piedra", que fueron datadas de 8000 a.C. Tal como Göbekli Tepe, el descubrimiento de Jericó empujó hacia atrás la aparición de las primeras ciudades a una fecha mucho más temprana. El descubrimiento de Jericó marcó el primer golpe contra el paradigma mundial aceptado.

     Tanto Andrew Collins como Laird Scranton han hecho un trabajo muy significativo sobre el asunto de los antiguos caucásicos en el mito y en la realidad. Ambos autores vinculan la estructura de entre 12.000 y 25.000 años de Turquía, Göbekli Tepe, con el origen de la civilización antigua. Yo también teorizaría que Göbekli Tepe precedió al nacimiento de la Atlántida, la cual explico que es una antigua civilización indoeuropea que fue inundada y luego hundida bajo el Mar Negro cuando éste fue a su vez inundado hace 7.600 años. Otras culturas, incluyendo los semitas y los indo-iranios, se originaron allí, lo que explicaría las similitudes existentes entre las escrituras bíblicas y hebreas y la de los textos arios.

     Scranton, sin embargo, no logra establecer la conexión entre los antiguos caucásicos, una raza que habitó la región en ese entonces, y pasa demasiado tiempo entusiasmándose con la tribu Dogón, de Mali. Giorgio Tsoukalos y los otros del grupo partidario de los Antiguos Alienígenas creen que los dioses de los dogones, o gente del cielo, eran extraterrestres, no fijándose en los antiguos caucásicos, de quienes creo que tuvieron en un tiempo una tecnología más considerablemente avanzada, como los Vimanas y muchas otra armas y tecnología de vuelo actualmente desconocida por nosotros.

     Yo fui educado como un evolucionista estricto, y creo que hubo un amplio tiempo en este planeta para que nuestra gente evolucionara. He leído el libro "Hamlet's Mill" [de Giorgio de Santillana y Hertha von Dechend] y también he estudiado el colapso del Imperio romano y cómo los europeos descendieron hacia una edad oscura y primitiva donde la gente no podía siquiera identificar las desintegradas ruinas del Imperio como construídas por manos humanas. Pienso que es muy probable que los antiguos caucásicos sean la civilización global perdida que Graham Hancock y otros han estado buscando, y la base de la creencia en gigantes y dioses del cielo. Pienso que después de que la raza de gigantes intelectuales fue destruída, como lo describí en mi libro "Lost Race of the Giants" (2013), tuvimos lo que Graham Hancock había llamado amnesia racial, pero el grupo que cree en los Antiguos Alienígenas va por el camino incorrecto en sus deducciones.

     No tengo dudas de que nuestra especie ha encontrado extraterrestres en el pasado distante, y tal vez ellos incluso sembraron la vida aquí en un tiempo, pero rechazo la noción de que ellos sean los únicos creadores de la antigua civilización o que tengan en sus manos nuestra historia y futuro destino. Aquéllos representan la transmisión de información a los mortales, y creo que los antiguos caucásicos eran más altos, mucho más altos que el humano promedio de entonces, más inteligentes y más físicamente aptos, y que tenían un gran genio tecnológico e ingenieril. Tan racista como esto pudiera sonar, pienso que la Historia exige esta deducción.

     El fenómeno del Mar Negro, como yo lo llamo, no es el único origen probable de los proto-Indoeuropeos o de la localización de su patria. Está el hecho de que India ha permanecido como una de las civilizaciones arias más antiguas y más continuamente habitadas, y en un tiempo la más avanzada. En la escritura sánscrita de la India es presentada una prehistoria épica para la raza aria. La fuerza racial que India una vez poseyó ya ha acabado. Además, su civilización, al menos la civilización de los antiguos arios, se ha ido hace tiempo. Pero tal como China, otra civilización que una vez fue aria, todavía se mantiene como un lugar de integridad y éxito como una nación independiente.

     En su libro "Forbidden Archaeology and Human Devolution", el brillante investigador Michael Cremo planteó el argumento de una mayor antigüedad de la raza humana. Yo acepto la noción de que esos textos védicos hablaban específicamente del origen de los indoeuropeos, quienes pueden haberse originado en las antiguas montañas del Norte de la India, y aquél podría ser incluso el origen de la vieja idea europea de dioses que residen en las montañas, como el monte Olimpo, o el uso mismo del nombre "gente del cielo". Los Antiguos Arios y su dios Indra podrían, en efecto, haber descendido como águilas desde su reclusión en sus montañosos nidos en los Himalayas y el Hindu Kush.


     Los arios antiguos, o grandes dioses Blancos, también pueden haber estado vinculados completamente a las estrellas por medio de la religión astrológica. Sólo por esa razón los antepasados de los indios, iraníes, afganos, kurdos y europeos de hoy, y sus descendientes, pueden haber sido vistos como gente del cielo. Entre pueblos de Asia Occidental, del Sur y Central hay muchos remanentes de aspecto muy nórdico de esa población hace mucho desaparecida. Eso, sin embargo, está disminuyendo lentamente en todas partes, sobre todo en Europa, donde el índice de natalidad de la población nativa está por debajo del nivel de reemplazo y que ahora tiene que luchar con millones de africanos y pueblos árabes musulmanes que se han aglomerado allí; como dijo la judía sionista Barbara Spectre, definitivamente va a haber una transformación. Yo respeto y admiro nuestra propia cultura y civilización, y no doy la bienvenida a esta transformación por ningún motivo.

     Volviendo a Göbekli Tepe, pienso que Scratton subestima o al menos es inconsciente de la investigación hecha en cuanto a los pueblos europeos o indoeuropeos, entre los que se incluye el pueblo védico primordial. El autor racial Arthur Kemp, en su libro "March of the Titans: The Complete History of the White Race", hizo la observación de que el color claro de la piel, los ojos y el cabello puede ser simplemente una mutación genética no relacionada sólo con el medioambiente. Eso podría colocar el origen de la raza caucásica en la antigua India, en las frías regiones de las montañas del Himalaya o en algún lugar más al Sur. En efecto, la idea largamente considerada de colocar a los arios en Asia Central o Europa puede estar equivocada.

     En cuanto a antiguas civilizaciones claves del pasado, Scranton menciona a los dogones de Mali. Eso me parece raro porque a pesar de su muy avanzada mitología relacionada con la astronomía, la cual los teóricos de los Antiguos Alienígenas favorecen fuertemente, los dogones no son ni significativos ni únicos. Pero Scranton mencionó realmente que los dogones, así como otros, sienten que ellos tuvieron un avanzado mentor racial que los guió durante su prehistoria.

    «Ya hemos hablado de diversas culturas cuyas tradiciones con respecto a una creación parecen ser fundamentalmente similares unas con otras. Entre éstas se incluyen las culturas de la tribu Dogón de Mali de nuestros días, los antiguos egipcios, los antiguos budistas, las tribus tibetanas Na-Khi, y los antiguos chinos. En cada una de estas culturas hay una incesante creencia de que las capacidades civilizacionales relativas a la agricultura, el arte textil, la cerámica, la metalurgia, la albañilería de la piedra, la domesticación de animales y el lenguaje escrito —entre otros— fueron intencionalmente dadas a la Humanidad en alguna remota Era por sabios y cuasi-míticos ancestros-maestros o ancestros-deidades» (Laird Scranton, Point of Origin, p. 9).

     Eso puede tener sentido, ya que tanto los asiáticos como muchos otros pueblos tienen algún ADN en común con los antiguos europeos Blancos, similitudes que no están allí simplemente por nuestra herencia humana común. Esto sugiere que algún tipo de mezcla o mestizaje hubo ocurrido en el pasado distante entre pueblos europeos Blancos y no europeos. Esto también sugeriría que los antiguos caucásicos tuvieron una amplia presencia en tiempos antiguos, y el poder y la tecnología para mantener aquella presencia mediante avanzados medios de transporte.

     En la edición de Enero/Febrero de la revista de Historia The Barnes Reviewse analizó la evidencia mitológica y arqueológica de la influencia blanca sobre el surgimiento de la civilización global, en un artículo titulado "Ancient Caucasians: The Legacy of the Fallen Race". Ese artículo echó un vistazo al enorme número de civilizaciones globales que acreditan que "dioses blancos"llevaron a sus pueblos los fundamentos de la civilización, incluyendo la religión, la astronomía, la medicina, la agricultura, avanzadas técnicas de construcción y más. Entre la gente que a menudo se ha creído que evolucionó independientemente del Mundo Occidental estuvieron los chinos. A principios de los años '90, sin embargo, la solidez de la teoría de unos aislados orígenes asiáticos fue cuestionada para siempre.

     Ya en 1974 la enorme tumba del primer Emperador de China había sido desenterrada, presentando un ejército entero de soldados de terracota individualmente moldeados y adornados como si estuviesen dispuestos a seguir al Emperador en la vida futura. Si bien los soldados de terracota simplemente corroboraron las presunciones chinas sobre sus propios orígenes, otro descubrimiento que se remonta a los primeros años del siglo XX, y finalmente descubierto de nuevo casi 100 años más tarde, resultaría ser dañino para la cosmovisión china. En 1988, en una sala trasera de un viejo museo, el profesor Victor H. Mair de la Universidad de Pennsylvania tropezó con uno de los mayores descubrimientos arqueológicos chinos de todos los tiempos: momias caucásicas.


     Dispersas a través de las desérticas arenas de la cuenca del Tarim en la actual Xinjiang [el desierto Taklamakan al Oeste de China] había momias tan diferentes de la población estándar de Asia del Este que ellas indicaban una historia estimulada por visitantes del Oeste. En efecto, una leyenda antigua en cuanto al nacimiento del mundo decía que un ser gigante, Pan'Ku, que fue descrito como de un largo cabello rubio que cubría la mayor parte de su cuerpo, creó el mundo y su gente de su propio cuerpo y cabello. Esa leyenda refleja antiguos mitos europeos como los de tribus tanto germánicas como célticas.


     El hecho de que fueran antiguos arios los que llevaron a los chinos la rueda, el caballo domesticado, e incluso armas de hierro, ha sido conservado en su mitología como una memoria racial de acontecimientos pasados. Según el mito chino, algunas de sus pirámides más antiguas, incluyendo aquellas que están cerca de Mongolia y la cuenca del Tarim donde las momias caucásicas fueron encontradas, fueron construídas por dioses del Sol. Esos dioses chinos del Sol fueron representados como altos, rubios y de ojos azules, con una tez clara y rubicunda. En el mito hindú los arios son descritos como los brillantes, a quienes el poder del Sol les dio sus derechos de nacimiento.

     También, en el mito tibetano, Agni, el dios del fuego y la creación, usó el símbolo del Sol, una esvástica, como el instrumento de creación, conocida como taladro para fuego [fire-whisk, o también conocida como cruz bifurcada]. La esvástica es el símbolo eterno de los arios, del Sol y la creación, y es también el símbolo de los dioses chinos del Sol.

     Se ha dicho que Kublai Khan tenía el pelo rojo, ojos verdes y pecas, habiendo tomado su padre a una mujer blanca como una de sus compañeras. Los chinos comunistas han negado durante mucho tiempo la existencia de sus pirámides debido a leyendas que afirman que ellas fueron construídas por hombres Blancos, no por sus antepasados chinos.

     Hay una enorme pirámide sumergida en el Mar de China conocida como el monumento Yonaguni. Esa pirámide escalonada, hecha famosa por el popular escritor Graham Hancock y el geólogo inconformista Robert Schoch, está estructurada como las de Asiria, que era originalmente con toda probabilidad una nación aria.


     Las momias chinas presentan un problema único a aquellos que suponen que los asiáticos del Este son más inventivos que los Blancos, o que China fue siempre un país mongoloide. No lo fue. Durante los últimos 2.500 años ocurrió una importante transformación biológica en la población china. Antes de ese gran cambio, ocurrió una modificación aún más dramática. De este modo, los chinos de hoy contrastarían drásticamente con aquellos de hace 9.000 años. A medida que los mongoloides aumentaron en número, sus migraciones desplazaron a la población china blanca nativa, empujándola a través del continente hacia Rusia y Europa. Las autoridades chinas y el establishmentliberal y marxista en Europa y Estados Unidos siguen negando estos hechos.

     Andrew Collins ha aparecido con la brillante idea de identificar a los Vigilantes de la Biblia y el Libro de Enoc, con altos chamanes de tipo nórdico que ayudaron a comenzar la edad Neolítica y que bien pueden haber sido aquellos que crearon Göbekli Tepe. En "Göbekli Tepe: Genesis of the Gods", Collins escribe:

     «En la literatura enoquiana ellos son descritos sólo como altos de estatura, con un cabello largo y blanco, piel pálida, tez rubicunda y ojos hipnotizadores que muy literalmente brillan como el Sol».

     Collins cita un texto fragmentario conocido como el Testamento de Amram [de los Rollos del Mar Muerto] que dice que los Vigilantes eran "de cabezas alargadas, con un rostro estrecho, que se calificaría como viperino". Aquí vemos descripciones idénticas de dos culturas distintas, las culturas del Oriente Próximo y la de la antigua China. También se ha dicho que los Vigilantes habían sido portadores del conocimiento sagrado, el cual habrían revelado tanto a Enoc como a las hijas de los hombres con las cuales tuvieron contacto íntimo y produjeron descendientes, los Nefilim, quienes fueron posteriormente muertos por los Vigilantes como castigo por desobedecer las leyes de Dios y de la Naturaleza.

     Hacia comienzos del quinto milenio a.C. muchas de esas pequeñas tribus entraron en un período de rápida expansión y erigieron estupendos monumentos de piedra llamados megalitos. Éstos fueron construídos con una tecnología todavía desconocida por la ciencia moderna. En las regiones danubiana y báltica, el temprano desarrollo neolítico fue acelerado a un ritmo inimaginable. En las culturas Starcevo (cerca de Belgrado, en la actual Servia) y Danubiana, se alcanzaron grandes niveles de innovación. La cultura Sesklo (en Tesalia, en la antigua Grecia), localizada en los Balcanes del Sur, fue el primer pueblo en Europa que construyó ciudades reales, construídas en una especie de diseño "proto-urbano". Eso fue llevado a cabo hace aproximadamente siete mil años, incluso antes de que las naciones de Mesopotamia surgieran del sofocante polvo de la Tierra. Pueblos fortificados que se parecían muchísimo a algunos centros municipales de las tempranas ciudades-Estados, también en Tesalia, caracterizaron la cultura Dimini (Enciclopedia Encarta 98).

     Las excavaciones en los Balcanes han mostrado que hace 6.000 años el hacha de cobre, el mismo exacto instrumento encontrado junto al Hombre del Hielo, había estado en uso durante décadas en la cultura Vinca (hacia 4500-3000 a.C.). Durante esa nueva edad, el comercio, sobre todo de ámbar del Báltico, se estaba convirtiendo en una parte vital de esas sociedades crecientes. En Europa Central (Bohemia, en lo que es ahora la República Checa), los depósitos de cobre y de estaño fueron utilizados a medida que la Edad del Bronce surgía durante el tercer milenio a.C. Cuando la nobleza, y finalmente la realeza, se convertían en un hecho de la sociedad humana, inmensas tumbas estaban siendo construídas para alojar los cuerpos y las almas de los líderes caídos (Encarta 98).

     Nuestra comprensión de los orígenes europeos ha aumentado exponencialmente durante las últimas décadas. Parece que la piel clara y el pelo rubio se hicieron predominantes entre los europeos tan tempranamente como en la Edad del Bronce entre 1000 y 3000 a.C. Antes de ese período, es evidente ahora que los ojos azules, una mutación única entre los europeos, eran generalizados ya hace 8.000 ó 7.500 años entre los europeos nativos, o pre-arios, cazadores-recolectores que tenían la piel morena parecida a aquella vista en India Central o el Oriente Medio. Los expertos del pasado estuvieron de acuerdo en que los europeos descendían de dos linajes ancestrales distintos: los cazadores-recolectores de ojos azules y piel morena, y los tempranos agricultores europeos que llegaron alrededor de hace 7.500 años a lo que es la actual Alemania. Esos tempranos agricultores no eran poblaciones de habla indoeuropea y estaban más principalmente relacionados con los vascos de la península ibérica.

     Un nuevo estudio, sin embargo, indica un tercer linaje. Investigadores de la Facultad de Medicina de Harvard y de la Universidad de Tubingen en Alemania han documentado ahora una contribución genética de un tercer ancestro: antiguos euroasiáticos del Norte. Ese grupo parece haber contribuído a los caucásicos actuales también. Ese mismo linaje es el antepasado común tanto de los europeos del Norte como de los indios norteamericanos. De hecho, la mayor parte de los indios norteamericanos comparten más en común con los pueblos más antiguos de Europa que con los de Siberia o África. "El mismo grupo euroasiático del Norte Antiguo contribuyó a ambos". Es incluso verdadero que aquellos europeos que descendieron de recién llegados del Cercano Oriente alrededor de hace 6.000 años comparten conexiones con un linaje aún más antiguo llamado los Euroasiáticos de Base.

     El estudio de cómo evolucionaron los primeros europeos hasta convertirse en la población Blanca de hoy fue iniciado por Johannnes Krause, el profesor de arqueo- y paleogenética de la Universidad de Tubingen y co-director del nuevo Instituto Max Planck para Historia y Ciencias en Jena, Alemania. Para hacer eso él recolectó el ADN de miles de individuos por todo el mundo y nueve antiguos humanos de Suecia, Luxemburgo y Alemania. Ente éstos se incluían ocho cazadores-recolectores de 8.000 años antes de la llegada de la agricultura y uno de hace 7.000 años, entre los cuales también se incluyó el ADN del famoso Hombre del Hielo, llamado Otzi.

     El ADN de antiguos euroasiáticos del Norte no estaba presente en los cazadores-recolectores de hace 8.000 años, ni en los tempranos agricultores de hace 7.000 años. Esto sugiere que este nuevo linaje fue introducido más recientemente. "Casi todos los europeos tienen una ascendencia de todos esos tres grupos ancestrales", dijo Iosif Lazaridis, un investigador en genética del Reich Laboratory [de la Universidad de Harvard, en EE.UU.] y primer autor del informe.

    «Las diferencias entre ellos se deben a proporciones relativas de ascendencia. Los europeos del Norte tienen más ascendencia de cazadores-recolectores —hasta aproximadamente el 50% entre los lituanos— y los europeos del Sur tienen más ascendencia de agricultores».

     «La ascendencia asiática del Norte Antigua», añadió Lazaridis, «es proporcionalmente el componente más pequeño en todas partes en Europa, nunca más del 20%, pero lo encontramos en casi cada grupo europeo que hemos estudiado y también en poblaciones del Cáucaso y el Oriente Próximo. Una transformación profunda debe haber ocurrido en Eurasia del Oeste después de que llegó la agricultura».

     Al principio el ADN euroasiático del Norte era un marcador genético distinto pero desconocido. Ninguna equivalencia de ADN conocido podría ser hecha. Se trataba de algo completamente único para los investigadores. Entonces, en Enero de 2015 un resto euroasiático del Norte fue encontrado en Siberia. Eso permitió a los investigadores determinar a los parientes más cercanos, incluyendo europeos del Norte e indios nativos norteamericanos. El grupo conocido como los Euroasiáticos de Base se bifurcó de todos los remanentes del ADN africano incluso antes de que lo hicieran los aborígenes australianos, haciendo de ese antepasado de los europeos uno de los más antiguos en la Tierra.

     En el curso de este artículo hemos examinado el descubrimiento del Hombre del Hielo, así como sugerencias de que tanto los europeos Blancos como las civilizaciones de Irán e India se remontan a una edad mucho más distante que lo que antes se pensaba. También hemos sugerido que la población de Europa, al menos los indoeuropeos, tuvo su principio fuera de Europa o Asia Central, y puede incluso haberse originado en la montaña, comenzando en el Norte de la India o incluso más al Sur. ¿Pero qué hay del Hombre del Hielo? Con la información recolectada por esta investigación, sabemos lo que sucedió. Hace cinco mil años, un montañista solitario fue de excursión por la escabrosa tierra salvaje alpina. Su verdadero destino e identidad se han perdido para siempre en las arenas del tiempo. Por lo que sabemos, él llegó a una cañada cercana. Agotado, se detuvo y descansó al lado de una gran roca. Lo que pasó después cambiaría al mundo para siempre: él obviamente fue sobrepasado por los elementos y falleció.

     Cincuenta siglos más tarde, él surgiría de su helada tumba para sorprender y cautivar al mundo de los hombres. En 1998 el gobierno austriaco entregó el cuerpo del Hombre del Hielo a Italia, su verdadero lugar de origen. Él fue llevado a la ciudad italiana de Bolzano, en la localización de su asentamiento original miles de años antes. Flanqueado por una escolta militar, fue llevado a un museo de diez millones de dólares construído en su honor. Él había completado el círculo. A Otzi el Hombre del Hielo le puede haber tomado varios milenios, pero su espíritu pudo brillar con toda justicia sobre su cuerpo sin vida y sonreír diciendo "Bienvenido a Casa".

     Otzi, un involuntario viajero del tiempo, plantea muchas preguntas. Dan Rather, el periodista estadounidense, lo calificó como "el cadáver más famoso desde el rey Tutankamón" (NOVA, Nov. de 1998, The Iceman Returns). Ese hallazgo y todos los otros descubrimientos como aquél, son esenciales para el estudio de los orígenes de la Europa del Norte, y en realidad para la subespecie caucásica entera. Lo que es asombroso sobre ese particular desentierro arqueológico es que rivaliza en comparación con algunos grandes hallazgos de Egipto, el Oriente Medio y las Américas, pero fue en el corazón de Europa donde la raza nórdica primero apareció.–

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