LAS RUNAS Y LA SS
La notable forma geométrica de las runas las convierte en un centro de atención. Su relación con los tiempos antiguos y el relato de una antigua Era de heroísmo bárbaro las convirtió en ideales para los propósitos nacionalsocialistas. Heinrich Himmler, jefe del cuerpo de élite de la SS, patrocinó muchos estudios sobre el origen y significado de las runas. Los fotógrafos recorrieron Alemania tomando fotografías de las runas inscritas en edificios, los arqueólogos excavaron buscando runas, y los anticuarios tomaron moldes y dobles de piedras con runas de toda Alemania y de Escandinavia. Se sacaron de los archivos manuscritos antiguos en rúnico, y una nueva Era de estudio desenterró muchos tesoros olvidados.
El interés de Himmler era más mágico que histórico, pues el temido Reichsführer de la SS se había comprometido con un programa de desarrollo de tecnología mágica para controlar el Reich. Para conseguir sus objetivos, Himmler se metió en los más profundos escondrijos del saber popular antiguo, y no dejó una sola avenida sin explorar. En 1937 Himmler ordenó al profesor Karl Diebitsch, jefe de la SS de Múnich, que buceara en el simbolismo artístico para diseñar un escudo de armas germánico conveniente para los jefes más importantes de la SS. Algunos estudiosos de las runas habían afirmado que los símbolos heráldicos medievales se habían extraído de runas individuales, y como un "dispositivo" o escudo de armas implicaba un individuo específico, el emblema rúnico representa el "nombre mágico" de esa persona. Servicialmente, el profesor Diebitsch diseñó escudos de armas basados en el simbolismo proporcionado por la Ahnenerbe, la Organización de la Herencia Ancestral. El 17 de Julio de 1937, la Ahnenerbeinformó al Gruppenführer Pohl, uno de los seleccionados, que "tomamos como punto de partida los escudos de armas del hombre germánico; ésos forman el emblema básico. Son el tótem de la tribu germánica y sus antepasados. El establecimiento de una conexión con los antiguos signos tribales germánicos exige la investigación más cuidadosa".
Los investigadores de la Ahnenerbe estudiaron meticulosamente todas las vetas posibles que pudieran arrojar alguna luz sobre los "orígenes superiores" de los primeros teutones. Según los principios de las fórmulas mágicas, algunas formas tienen efectos específicos sobre las fuerzas ocultas y las energías sutiles. La escritura rúnica es el caso clásico. Por ejemplo, si se situaran las inscripciones rúnicas convenientes sobre una piedra o poste colocados en el punto geomántico correcto, se produciría un determinado efecto. Tal acontecimiento se cuenta en la antigua saga islandesa de Egill, donde Egill Skalla-Grimsson establece un nithstong o palo de maldición. Sobre él hay una maldición grabada en runas sobre el eje de sangre del rey Eirik y su reina. La investigación de la Ahnenerbesospechaba que las inscripciones rúnicas sobre piedras indicaban su propósito en el sistema geomántico del país, y Josef Heinsch confirmó esa conexión rúnica. Descubrió que las líneas-ley que recorren el Rin forman en realidad grandes runas que imbuyen al distrito sus atributos mágicos.
Los ocultistas nacionalsocialistas pensaban que como los diseños de las runas habían sido sacados de la memoria popular, dentro de esa memoria sigue residiendo una respuesta a esos modelos. Afirmaban que un texto apropiadamente escrito en rúnico adquiere automáticamente un significado mágico adicional que conduce a la contemplación o meditación. Himmler estaba muy interesado por ese aspecto de la sabiduría popular sobre las runas. Los cursos sobre meditación rúnica fueron obligatorios para los oficiales de la SS, y sus "caballeros" de la Orden Negra de Wewelsburg utilizaron la meditación rúnica tratando de influír físicamente en el curso de la Historia. Por no tener forma fluída o cursiva, las runas resultan especialmente convenientes para la ejecución deliberada, y en ese estado de ánimo de concentración profunda se realizaba el acto mágico de "echar las runas". En ese contexto, esos caracteres antiguos forman un vehículo para la proyección de la voluntad. Según la tradición, los maestros de la magia rúnica han sido capaces de dirigir su voluntad y poderes sobre objetivos específicos. Himmler era uno de esos adeptos.
El propio emblema de la SS, derivado en parte de la inscripción S.S.G.G.[Strick, Stein, Gras, Grein = Lazo, Piedra, Miedo, Lamento] (de las dagas ceremoniales) del Vehmgericht [antiguos tribunales secretos alemanes], era una forma de amuleto consagrado que protegía a todo el que estuviera autorizado a llevarlo. Otros objetos mágicos rúnicos eran también componentes esenciales de las "insignias" de la SS. El anillo de la SS era una recuperación consciente de la antigua magia pagana germánica, pues revivía el símbolo del cargo del gothi, sacerdote de los Dioses Antiguos. Aún hay algunos anillos antiguos de este tipo, con las fórmulas mágicas grabadas en caracteres rúnicos. Un anillo de oro que se encontró en Greymoor Hill, Carlisle, en 1817, y que actualmente está en el Museo Británico, lleva en el interior y en el exterior una fórmula rúnica indescifrable. El anillo de plata con que se recompensaba a los oficiales de la SS era una versión moderna de una insignia de grado en una orden religiosa.
También la daga de la SS era la recuperación consciente de una antigua tradición pagana. El arma era consagrada a los dioses antiguos, lo mismo que el signo oficial del Vehmgericht. Imitando directamente las espadas de los antiguos héroes, la daga llevaba las runas SS, y cada daga tenía su propio nombre mágico y personalidad. La famosa espada del rey Arturo se llamaba Excalibur; Heimdall, guardián del Valhalla, llevaba una espada llamada Cabeza; y la espada mágica Tyrfing (tyr significaba victoria) tenía tal poder que cuando era sacada de su vaina tenía que matar antes de volver a ella. Como todos los oficiales del ejército, los jefes de la SS llevaban en todos los ceremoniales sus espadas mágicas con las incrípciones rúnicas. El conocimiento y simbolismo de las runas era parte obligatoria del adoctrinamiento de todo hombre de la SS, por lo que cada oficial era bien consciente de la naturaleza mágica de su traje de ceremonias. Como un sacerdote o un mago, sus poderes ocultos eran enfocados y expresados por sus vestimentas especiales, que producían solidaridad entre los camaradas y terror en los oponentes. El hombre de la SS, ceñido con tal protección mágica, se sentía invencible, guardado y guiado por poderes superiores para cumplir el destino prometido por sus maestros, a quienes había jurado obediencia hasta la muerte.–
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