Si la religión nos ha quitado la divinidad, la ciencia nos ha quitado la humanidad.
Eres un mono, un mono un poco más listo que el resto de los monos, pero un mono al fin y al cabo. La ciencia académica, se agarró al clavo ardiendo que Darwin les puso al alcance y la dio como irrefutable.
Al principio se mofaron de él, pero para cuando se quisieron dar cuenta sus alocadas teorías se convirtieron en dogma y se inmovilizaron hasta hoy, quedando la ciencia y los orígenes humanos sepultados y anclados para siempre.
Nuestro ADN podrá ser en un 98% igual al de una mosca, pero nadie se pregunta si somos moscas venidas a mas, porque hemos asumido que somos monos.
No existen pruebas, solo teorías y mas teorías, estas creencias jamás van a ser demostradas, pero son dogma de fe, algo que en la ciencia chirría bastante.
Una ciencia, que se encona en demostrar cosas empíricamente y que insiste en una fantasía como la del eslabón perdido, tan perdido, tan perdido, que nunca existió.
También es curiosa su forma de datar cualquier hallazgo, es curiosa, porque según desentierran cualquier cosa, tienen la capacidad adivinatoria para saber cuantos miles de años tiene sin necesidad de un análisis.
Limpian con sus brochitas y a ojo datan con una exactitud pasmosa, con apenas unos huesos son capaces de saber como era, que comía y como era su entorno, como le ha pasado con esa pléyade saúrica que han diseñado por ordenador, con la que logran unos documentales muy vistosos, pero poco ceñidos a la realidad.
A grandes preguntas, siempre grandes respuestas…
los dinosaurios se extinguieron por un meteorito el humano evolucionó del simio el universo se formo de una explosión,
...podría seguir hasta el infinito y mas allá, pero todas estas grandes sentencias no tienen ni una sola forma de demostrarse, así que todo lo que conocemos como ciencia y los pilares que la fundamentan son grandes y absolutas mentiras.
La conspiración se esconde detrás de estas académicas batas blancas, llenas de premios Nobel, que ocultan nuestro real origen y nuestra manipulación.
El humano de La Tierra, es un experimento genético de laboratorio y el resultado lo tienes ante tus ojos, una chapuza llena de taras y conflictos genéticos, debida a la cantidad de pruebas, mezclas y recortes en nuestro ADN.
Somos el Bloody Mary del universo, un cóctel rico en matices, con toques de tierra y mar, madurado en probeta.
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