Figura en una tablilla exhumada en Nippur. Quizás se conozcan uno o dos fragmentos de duplicados de esta obra; uno de ellos descubierto en Ur y el otro de origen desconocido. El texto a continuación es una traducción de S. N. Kramer de 1983.
La tablilla de Nippur presenta en algunas partes un estado de conservación bastante malo. El texto estaba repartido en seis columnas, y el héroe del Diluvio recibe, en esta ocasión, el nombre sumerio de Zi.u-sud.rá, “vida de días prolongados”.
I: 1-36 Las primeras líneas se han perdido. En ellas, posiblemente se narraba de forma breve o se recordaba la creación de los hombres por Enki y Nintu; después se daba cuenta de una primera amenaza contra su existencia, o de una primera prueba que la había puesto en entredicho y cuya razón se nos escapa. En el momento en que el texto se hace inteligible es Enki quien habla:
Enki defiende a sus criaturas, o las pone en situación de que se vuelvan a desarrollar
37- […] (r)estableció […]
Me opongo a la aniquilación de mis hombres,
Y, para Nintu, yo (r)estableceré a mis criaturas,
40- Yo volveré a instalar a la población en su hogar,
Para que ellos reconstruyan sus ciudades,
Donde yo los volveré a poner al abrigo;
(Para) que ellos reconstruyan el enladrillado,
(Para) que ellos, nuevamente (?), erijan los lugares santos,
Cada uno en su sagrado emplazamiento (?)
Yo les volveré a suministrar agua pura
Para apagar el fuego (?);
45- ¡Yo (r)estableceré entre ellos
La Etiqueta Sagrada y los Augustos Poderes!
¡La tierra estará (de nuevo (?)) irrigada
Y la prosperidad de (re)instaurará!”
La tierra se repuebla gracias a la acción de los grandes dioses
Así pues, cuando An, Enlil, Enki y Ninhursag
Hubieron difundido (de nuevo (?)), a los cabezas negras,
Por todas partes se volvieron a multiplicar los seres vivos,
50- Y, para poblar el campo,
Volvieron a aparecer todo tipo de cuadrúpedos.
II: 51-84 desaparecidos. Parece que la existencia de los hombres vuelve a estar nuevamente comprometida o que a estos se les ha impedido llegar a alcanzar un desarrollo pleno. Cuando el texto se recupera, un dios –otra vez Enki, sin duda- se propone ayudarlos para que se vuelvan a establecer o para que, en esta ocasión, se construyan verdaderas ciudades que sirvan de asiento al poder central y real que entonces aparecía.
Fin del discurso de Enki (?)
85- “Yo […]
Yo controlaré su trabajo,
¡Y los “arquitectos” del país […]
(Re)stablecerán los sólidos cimientos!”
Así, cuando del cielo descendieron [el Cetro real],
Aparición del poder real y de las sucesivas capitales en que éste se ejercerá
La Augusta Corona y el Trono Soberano,
90- Enki (?) estableció
[La Sagrada Etiqueta y los Augustos Poderes (?)]
[E hizo] que se construyese el enladrillado de las ciudades,
Cada una en su sagrado emplazamiento.
Después de haberle dado un nombre a cada una.
El las asigna como capitales sucesivas:
La primera: Eridu
La dedica a sí mismo, a Nudimmud, el jefe (?);
La segunda, Badtibira, a la Hieródula Inanna;
95- La tercera, Larak, a Pabilsag;
La cuarta, Sippar, a Utu el valiente,
Y la quinta, Suruppak, la dedica a Sud.
Habiendo, así, dado un nombre a estas ciudades,
Y habiéndolas asignado como capitales sucesivas,
El puso en los ríos […]
100- Y establece la limpieza de los canales y de los diques de irrigación (?)
III: 101-140 nueva laguna. En este pasaje, y por razones desconocidas, se debía precisar la amenaza del Diluvio. En el momento en que el texto se recupera, las divinidades responsables de la existencia de los hombres, Enki y Nintu, se oponen a la decisión adoptada por el resto de los dioses que quieren aniquilar a los humanos mediante este castigo.
Nintu y Enki intentan anular el Diluvio
140- Entonces Nintu [derramaba lagrimas] como […]
Y la santa diosa [se la]mentaba por los hombres.
Enki, sin embargo, reflexionaba,
Aunque An y Enlil (!)
Hubiesen sometido a un juramento por su persona
A los dioses del universo.
Enki comunica al rey Ziusudra el plan que ha elaborado para salvarlo del Diluvio
145- Ahora bien, en aquella época, Ziusudra, el rey, devoto […]
Y que había edificado […]
Humildemente y con términos escogidos [imploraba a Enki (?)],
[Ante el cual (?)] permanecía durante todo el día
Recordando y narrando sus sueños […],
150- Y suplicando a todos los dioses.
IV: En el santuario (?), el dios […] una pared.
Y Ziusudra escuchó, muy cerca de el,
Mientras él estaba contra la pared,
A su izquierda […]:
“¡Pared, yo te voy a hablar! ¡Escucha mis palabras!
155- ¡[Presta atención] a mis instrucciones!
El Diluvio va a aniquilar las aglomeraciones (humanas)
Y a inundar su capital,
Para destruir la raza humana:
[Así se ha decidido],
¡Decisión [irrevocable y] ratificada por la asamblea!
Anu y Enlil han dado la siguiente orden [inalterable]:
160- El Reino de los Hombres [será destruido…]
161-200 también se han perdido; debían dar cuenta de las instrucciones de Enki acerca de la construcción del barco salvador por parte de Ziusudra, así como de su embarque y de la riada provocada por el Diluvio.
El Diluvio termina
V: 201- los golpes de viento y la tempestad se precipitaban,
Mientras el Diluvio se tragaba la capital.
Y cuando, tras siete días y siete noches,
El Diluvio cubrió todo el país,
205- Y el barco hubo sido bamboleado por los vientos
Sobre las aguas,
¡Utu reapareció, iluminando cielo y tierra!
Ziusudra, entonces, practicó en el barco una abertura,
A través de la cual Utu el valiente iluminó todo el interior,
Y Ziusudra, el rey,
210- Se postra ante Utu
Y sacrifica, con profusión, bueyes y corderos…
212-216 últimas líneas de la columna V; resultan ininteligibles.
VI: 217-250 destruidas. Quizá relatasen los reproches de la diosa madre al autor del Diluvio; o, en todo caso, las advertencias de Enlil a Enki que terminan en el momento en que se recupera el texto:
Fin de los reproches de Enlil a Enki
251- “Yo, sin embargo, te había hecho jurar por el cielo y por la tierra […]
Al igual que An y Enlil en persona, con su […]
Habían prestado juramento!”
Y Enki (?) hizo que de la tierra saliesen nuevamente
Los seres vivos (?).
Entretanto, Ziusudra, el rey.
255- se había postrado ante An y Enlil,
(Por lo que) éstos le tomaron afecto.
Por ello le concedieron una vida
Comparable a la de los dioses:
¡Un aliento inmortal de vida, igual al de los dioses!
De este modo el rey Ziusudra,
260- Que había preservado a los animales y a la raza humana,
Fue instalado por ellos en una comarca
Situada más allá del mar:
En Dilmún, allí donde se alza el sol.
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