sábado, 9 de septiembre de 2017

EL DIOS SETH




Es una de las divinidades más
 complejas y misteriosas 
del Antiguo Egipto, aunque junto a Horus, 
es una de las más conocidas.


Seth
Nombre de Seth

Lo primero que se nos viene a la cabeza cuando oímos 
mencionar a este dios son sus terribles actos: 
el asesinato de su hermano Osiris y las luchas que 
mantuvo con su sobrino Horus por conseguir el poder,
 acciones ambas que nos llegan de mano de Plutarco 
(con lo cual, hay que tener cuidado con la manipulación).
 Y es cierto, Seth, corroído por la envidia de la popularidad 
de Osiris como rey de Egipto, le asesinó “dos veces”: 
primero le enterró en vida y después, como Osiris c
onsiguió salvar su cuerpo (gracias a la ayuda de su Mujer,
 la diosa Isis), lo desmembró y repartió los trozos 
por todo Egipto. No contento con esto, intentó 
usurpar el poder al legítimo heredero, 
Horus. Con este curriculum ¿qué vamos a pensar de él? 
Queda claro que Seth es un dios violento
además de ser reconocido como un dios iracundo 
y “grande de fuerza”. La asociación de estas características 
con la de su dominio de los desiertos hacía 
de Seth un dios temible, cuya potencia se manifiesta 
mayormente en las tormentas.

¿UN DIOS PELIGROSO?

Pero ¿cómo concibieron un dios tan peligroso los antiguos 
egipcios? Al plantearnos esta cuestión hemos de hablar 
de la visión dualista del cosmos de los antiguos egipcios,
 pues Seth fue colocado en yuxtaposición a Horus, 
la divinidad que gobernaba la tierra con orden 
y estabilidad. El mal (caos) y el bien (maat) 
debían de existir, aunque tuviera que primar el bien
 y el orden. La existencia del mal es lo que provocaba
 la existencia (y necesidad) del bien.
Este concepto de dualidad, propio de la cultura egipcia, 
expresa una idea de complementariedad 
que para coexistir implica que también subsista 
su antagonista, es decir, en la realidad hay 
dos principios que se oponen irreductiblemente 
pero que, a la vez, son igualmente necesarios. 
Y Egipto está lleno de ejemplos de esta dualidad: 
Alto y Bajo Egipto, tierra roja y tierra negra, 
Occidente y Oriente, corona roja y corona blanca…
 y Horus y Seth.

ICONOGRAFÍA

Su iconografía resiste toda clasificación zoológica. 
Aparece como  un animal con cabeza curva, 
orejas largas de punta cuadrada y cola erecta. 
Se desconoce el tipo de animal, con lo que se piensa 
que pudo ser un animal fabuloso como el grifo; 
e incluso las partes separadas de las especies 
animales que representaba al dios no han podido 
ser determinadas (hay sugerencias como chacal, antílope,
 okapi…).
En ocasiones también lo podemos encontrar como un cerdo,
 un oryx, una serpiente con cabeza de asno, 
un hipopótamo macho (en Edfú), etc.
Seth 2

                           ORÍGENES E HISTORIA

Los orígenes del dios son muy antiguos, y su culto 
pudo haberse originado en el Alto Egipto, aunque más tarde 
se asoció al Delta y al desierto. También fue señor de Ombos,
 jefe del desierto oriental y de los oasis del desierto 
occidental.  Las primeras evidencias de esta divinidad 
proceden de la época tinita (II Dinastía), momento 
en que era objeto de veneración por parte de la realeza.
 El faraón Peribsen, de la II Dinastía reemplaza en su 
nombre a Horus por el dios Seth, en un intento 
de favorecer a esta divinidad local. Su sucesor, 
Khasekhemuy de Hieracómpolis asoció a los dos dioses.
 Por otra parte, algunas esposas reales llevaban, 
entre otros, el título de “aquella que ve a Horus y Set”. 


EA 35597-2
Estela de Peribsen
Estela de Khasekhemuy
Estela de Khasekhemuy

Y es que el mito de las contiendas de Horus y Seth 
alude a una reorganización del naciente estado egipcio 
(no existe un relato de nacimiento del estado como tal)
 y a una formación de la nueva estructura, 
siendo el relato en si mismo un “mito de unificación”. 
Este mito además remarca la unificación y reconciliación 
y presenta al estado como un orden de derecho 
en el que la violencia existe y debe someterse. 
En la realidad, la unificación  política y militar 
tuvo lugar durante el periodo conocido como Nagada IIIAB,
 es decir, entre el 3300-3100 a. C., cuando el Alto Egipto
 (Horus) reunifica el estado venciendo al Bajo Egipto (Seth).
Sin embargo, el crecimiento tan rápido de la veneración 
a Osiris, su hermano, durante el Reino Antiguo, hizo que 
Seth cayera en desgracia y se convirtiera en ese 
“hermano malo” que todos conocemos. Los roles ya 
se encuentran distribuidos en los Textos 
de las Pirámides, V-VI Dinastías, momento en donde 
ya vemos las famosas contiendas de Horus y Seth, 
desarrollando un ciclo mitológico. Durante esta lucha 
por la sucesión al trono (no olvidemos que Osiris fue un rey 
legítimo) Seth perdió sus testículos y Horus un ojo. 
Un aspecto curioso es que en los templos dedicados
 a Horus, como puede ser el de Edfú, la historia 
de la contienda termina con la victoria total de Horus
 sobre Seth, mientras que en otras fuentes textuales 
ambos dioses llegan a un acuerdo para defender las Dos 
Tierras y su estabilidad, juntos. Esto recuerda 
a la narración de la batalla de Qadesh por parte 
de Ramsés II y la auténtica realidad, que es bien distinta.
Las referencias textuales a las que me refería, 
parece que tienen su articulación a partir del Reino Medio,
 momento en el cual Seth “el grande en fuerza 
en la Barca de Millones” fue asimilado a la teología 
solar y se le encargó el papel de repeler, junto a Horus, 
a la serpiente Apofis cada noche, desde la proa de la barca 
del dios Sol que cruzaba la Duat en un intento por
 desequilibrar el orden cósmico. El concepto de esta lucha
 perpetua fue emparejada con una historia de un combate
 singular que tuvo lugar en el pasado mítico: 
cuando el mundo (Egipto) aún era gobernado por los 
dioses, Seth luchó contra Yam, el mar insaciable, 
quien amenazaba con tragarse la tierra. Por desgracia 
el final de la historia no se conserva, 
aunque numerosos encantamientos del Reino 
Nuevo comentan la fuerza de Seth que derrotó 
al “monstruo marino”.


Seth
Seth luchando contra Apofis

.
Su auge y popularidad crece a partir de esta fuerza 
tan bruta que desarrolla a lo largo de la historia, dando lugar,
 durante el Reino Nuevo, una de las épocas más 
violentas de la historia de Egipto, a una popularidad
 inusitada.  Durante este periodo (también conocido 
como Imperio) se suceden multitud de batallas y 
conquistas por parte de los faraones egipcios, 
que entran en el juego del poder de la zona de Oriente
. Ya durante el periodo Hicso, y sobre todo en las XIX-XX 
se convirtió en el dios patrón de los ramésidas.


nombre de Seti
Nombre de Seti I en la Lista Real de Abydos

Su auge durará poco pues tras los ramésidas, 
a finales de la XX Dinastía, se le empezó a asociar 
al desierto y las tierras extranjeras, desapareciendo 
su veneración hacia la XXV Dinastía.

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