Descubrieron fósiles y herramientas líticas en Marruecos que llevarían la antigüedad del Homo sapiens 100 mil años hacia atrás, demostrando que ya hace unos 300 mil años habían aparecido los cambios biológicos que nos convirtieron en lo que somos hoy en día.
Cuando hablamos de Ser Humano, la mayoría de la gente suele referirse a nuestra especie. No está tan arraigada en el saber popular la existencia de muchas especies humanas a lo largo de nuestros casi 3 millones de años de historia evolutiva.
Nuestra especie Homo sapiens, tiene el mérito de haber sido la última sobreviviente. Las otras, o se extinguieron, o se mezclaron con la nuestra hasta quedar tan sólo representadas por algunos genes sueltos dentro del genoma de H. sapiens.
Hasta la fecha, los restos fósiles más antiguos de H. sapiens eran unos cráneos descubiertos en Omo Kibish, Etiopía. Contaban con 195 mil años de antigüedad. Los descubiertos en Jebel Irhound, Marruecos, no sólo tiran la antigüedad de nuestra especie hacia atrás en el tiempo, sino que la llevan más al norte, a unos 100 kilómetros del Estrecho de Gibraltar.
El descubrimiento, dado a conocer en dos papers publicados en la revista Nature por Jean-Jacques Hublin y colegas, revela que nuestra historia evolutiva reciente es más compleja de lo que se pensaba, e incluía a todo el continente africano.
Hasta la fecha se creía que la especie que luego colonizaría el mundo entero había evolucionado en el este de África hace unos 200 mil años, pero esta nueva evidencia indicaría que se esparció por todo el continente hace unos 300 mil años.
Cráneos de 300 mil años
El cráneo de todos los sapiens de la actualidad se caracteriza por una combinación de rasgos que nos distinguen de nuestros ancestros, y de otros parientes vivos como los chimpancés: un rostro pequeño y grácil, y un cráneo con forma globular.
Los fósiles de Jebel Irhound muestran unas características modernas en rostro y dientes, pero el cráneo era más arcaico, más alargada. Los científicos analizaron los fósiles con una micro tomografía computada, y el análisis 3D de cientos de fósiles, y el resultado da unos rasgos casi indistinguibles de los actuales.
El rostro evolucionó temprano en nuestra historia, pero la forma del cráneo, del cerebro, fue algo más reciente.
Jebel Irhoud
El sitio marroquí de los sapiens más antiguos se conoce desde los años 1960s, pero no se lo había podido datar correctamente. Un nuevo proyecto de excavación, que se inició en 2004, descubrió nuevos fósiles de nuestra especie, llevando el número de fósiles descubiertos de 6 a 22. Se trata de cráneos, dientes y huesos del resto del cuerpo que pertenecieron a al menos unos 5 individuos.
Para poder datarlos correctamente, los investigadores se valieron del método conocido como termoluminiscencia, que calculan la antigüedad de las herramientas líticas ubicadas a la misma altura que los fósiles.
Termoluminiscencia es capacidad que tienen algunos minerales como el cuarzo y los feldespatos para emitir luz cuando son calentados. Cuando descubren un resto arqueológico de piedra, digamos herramientas líticas, se las calienta y de esa forma se descubre qué edad tiene. Esto es porque la luz que emita dependerá del tiempo que dicho material haya estado recibiendo radiación ambiental.
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