Mayer Amschel Rothschild (1744-1812), nombrado por la revista Forbes como el “padre de las finanzas internacionales” y séptimo “empresario más influyente de la historia”, fue el fundador de la dinastía. Hijo de Amschel Moses Rothschild, un mercadero especializado en el cambio de divisas, su larga vida empresarial empieza poco después de la muerte de su padre (1755), cuando el joven comienza a trabajar como aprendiz en el banco Hannover, propiedad de los más poderosos banqueros judíos de la epoca, los Oppenheimer. Es allí donde conoce al General von Estorff a quien le hace los recados. Poco a poco, su ingenio financiero va creciendo hasta llegar a la conclusión de que prestar dinero a los gobiernos es definitivamente más rentable que prestárselo a particulares porque son préstamos mayores, abalados por los impuestos de la nación.
Es en 1760 cuando Mayer empieza a negociar con la corte de Hanau, debido a su buena relación con el General von Estorff, quienes le acaban nombrando M. A. Rothschild, proveedor de la corte de su ilustre alteza, el príncipe Guillermo de Hesse-Cassel, Conde de Hanau, en el 1769. Guillermo es el heredero de lo que es entonces considerado como una de las más grandes fortunas de Europa y llega a depender en gran parte de Mayer para su gestión, en particular durante y después de la occupación de la región por Napoléon cuando Guillermo se exilia, confiándo la gestión de su fortuna a Mayer.
El negocio de Mayer crece rapidamente con la revolución francesa cuando este maneja pagos de Gran Bretaña para la contratación de mercenarios de Hesse. Por otra parte, la Revolución Francesa y las guerras que por ésta nacieron crean mucha escasez en Hesse. Así, Rothschild capitaliza estas situaciones y eleva agudamente los precios de las telas que importa de Inglaterra. Es en estas fechas cuando pacta con Carl Buderus, otro de los principales jefes financieros de Guillermo IX.
En palabras de Virgina Cowles (en su excelente libro Los Rothschild, una familia de fortuna): “En este punto, Mayer hizo una proposición al empresario Carl Buderus: Inglaterra estaba pagando al Landgrave (Guillermo IX) grandes sumas de dinero por la contratación de soldados hesianos; y los Rothschild le estaban pagando a Inglaterra grandes sumas de dinero por los bienes que importaban de allá. ¿Por qué no hacer que este movimiento de doble vía se cancele en sí mismo y embolsillarse las comisiones por manejo de las facturas producidas en el comercio de ambas vías? Buderus accedió y pronto, la cuerda extra que puso al arco de Rothschild estaba produciendo un impresionante ingreso”. Pero esta no fue más que una de las muchas fuentes de ingresos de los Rothschild, como bien lo señala su principal biógrafo, el Conde Corti.
El negocio de Mayer crece rapidamente con la revolución francesa cuando este maneja pagos de Gran Bretaña para la contratación de mercenarios de Hesse. Por otra parte, la Revolución Francesa y las guerras que por ésta nacieron crean mucha escasez en Hesse. Así, Rothschild capitaliza estas situaciones y eleva agudamente los precios de las telas que importa de Inglaterra. Es en estas fechas cuando pacta con Carl Buderus, otro de los principales jefes financieros de Guillermo IX.
En palabras de Virgina Cowles (en su excelente libro Los Rothschild, una familia de fortuna): “En este punto, Mayer hizo una proposición al empresario Carl Buderus: Inglaterra estaba pagando al Landgrave (Guillermo IX) grandes sumas de dinero por la contratación de soldados hesianos; y los Rothschild le estaban pagando a Inglaterra grandes sumas de dinero por los bienes que importaban de allá. ¿Por qué no hacer que este movimiento de doble vía se cancele en sí mismo y embolsillarse las comisiones por manejo de las facturas producidas en el comercio de ambas vías? Buderus accedió y pronto, la cuerda extra que puso al arco de Rothschild estaba produciendo un impresionante ingreso”. Pero esta no fue más que una de las muchas fuentes de ingresos de los Rothschild, como bien lo señala su principal biógrafo, el Conde Corti.
“Allí donde había algo en que ganar, ya fuera comisión o expedición, ya se tratase de ropas o de vinos, o bien de artículos para los cuales había sido establecida la libertad de comercio, allí estaba presente la Casa Rothschild.
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