Todo lo que alguna vez hemos sentido, pensado, dicho, hecho o hecho reside en el olvido de nuestra memoria.
Nos aferramos a nuestros triunfos y desventajas del pasado y a la promesa y ansiedad de nuestro futuro. Quienes fuimos ayer o en quién nos convertiremos no nos sirven en el presente.
Todos nosotros anhelamos pertenencia, importancia, significado y transformación. Sin embargo, a menudo no creamos una vida que nos inspire debido a nuestro miedo al fracaso y al ridículo.
Nuestro verdadero camino es uno que debemos caminar solos en medio de grandes adversidades, oposición e incertidumbre.
Nuestro mayor desafío es ser conscientes en el momento.
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