lunes, 16 de julio de 2018

LOS MAESTROS GALÁCTICOS Y LOS NÚMEROS DEL DESTINO ( PARTE 4)



Supongamos que después de su materialización en Mesoamérica, la cual se recuerda en las memorias del cuádruple Tulán, algunos de los mayas tuvieron una actitud amistosa frente a las órdenes olmecas de sacerdotes jaguares más adelantados, y se infiltraron en ellas.

El nombre que los mayas le otorgaron al sacerdote jefe durante los últimos tiempos fue el de Balam, que significa jaguar o sacerdote jaguar. Por medio de esas infiltraciones, los mayas fueron capaces de introducir el sistema notacional de la barra y el punto, como también el “Calendario Sagrado”; las permutaciones incesantes de los 13 números y de las 20 posiciones direccionales, fueron adoptados para utilizarlos en este planeta como signos jeroglíficos de carácter sagrado.

Mientras que los emisarios claves de los mayas galácticos se asimilaron en la cultura superior de los olmecas, siendo recordados como los Nueve Señores del Tiempo, otros establecieron sus 13 clanes guerreras y sus siete tribus en las tierras altas de Guatemala y en las junglas de las tierras bajas de Peten, situadas en las actuales Honduras y Guatemala.

Mientras tanto, después de la implantación de la armonía galáctica, representada por el Calendario Sagrado de 260 días, y conmemorado por la fundación de Monte Albán; un gran centro surgió en el México central: Teotihuacán.

Habiendo surgido en el siglo 111 antes de Cristo como el mayor centro ritual y civil, Teotihuacán se convirtió en el centro ceremonial más grande y extenso de toda Mesoamérica.

En realidad, Teotihuacán, -el lugar donde los dioses tocan la tierra-, igual que todos los demás centros importantes en Mesoamérica, fue construido como un recuerdo de la primera Tollan o Tulan, que era el lugar de origen, como también el lugar de entrada a este mundo. Dominada por la pirámide del Sol cuya base es casi exactamente de la misma medida de la gran pirámide de Giza en Egipto, Teotihuacán alcanzó un esplendor sin paralelo como ciudad de abundancia y de gloria artística.

La intensamente espiritualizada visión artística Teotihuacán llegó a ser conmemorada con el nombre Tolteca, que significa maestros constructores, artistas y videntes.

Teotihuacán también se convirtió en el primer gran centro de la religión de Quetzalcóatl, la serpiente emplumada.

Como el más importante héroe cultural, Quetzalcóatl está relacionado con el cielo, las estrellas, el mar, el agua, la abundancia, y el cultivo de toda clase de artes y ciencias de la civilización. Representando la unión del Cielo y la Tierra, la imaginería de la serpiente emplumada, como también la del jaguar emplumado, abundan por todas partes en Teotihuacán, en vajillas de cerámica, en murales y en las grandes figuras esculpidas de la ciudadela de Quetzalcóatl.

Y aquí en la ciudadela de Quetzalcóatl encontramos otra vez el simbolismo del 13: Doce templos con plataformas bajas rodeando un decimotercer templo, que representa al mismo Quetzalcóatl.

Desde el siglo 111 al IV D.C., hacia finales del octavo baktún, la influencia de Teotihuacán había comenzado a extenderse por toda Mesoamérica. La presencia de los videntes toltecas y la imaginería de Quetzalcóatl se convirtieron en sinónimas. Y en las junglas de Peten, los videntes toltecas de Quetzalcóatl encontraron las tribus de los mayas. Y fue en Tilkal donde ocurrió el matrimonio de Teotihuacán y la presencia Maya. Infundidos con el brillo espiritual de Quetzalcóatl, a quien los mayas denominaron Kukulkán, los mayas comenzaron el ascenso de su civilización.

Aún con más energía que en Teotihuacán, los sacerdotes de Tikal comenzaron a construir templos en forma de pirámides. Pero mientras que las pirámides de Teotihuacán eran de cinco niveles, las de Tikal propendían a ser de 9, para recordar a los maestros galácticos originales, los Nueve Señores del Tiempo.

Y entonces vino la terminación del octavo baktún y el comienzo del noveno. Comenzando en el año 435 D.C., la fecha 9.0.0.0.0. representaba el armónico 1296 (1.296.000 kin o días transcurridos desde el año 3113 A.C.). Esto se supo en todos los templos mayas. Ahora es el momento de prepararnos para la segunda oleada galáctica.

El baktún 9, o sea el ciclo décimo, era una fase para efectuar una sincronización máxima. Este fue el período críticamente importante para registrar las correlaciones armónicas del rayo galáctico con el ciclo anual de la Tierra, el Sol, la Luna y los otros planetas del sistema solar.

Y así fue como los mayas, renovados espiritualmente por la infusión de la religión de Kukulkán, y recordando su misión galáctica, empezaron a construir y a registrar con un fervor nunca antes visto. La actividad se efectuó no sólo en Tikal, sino en Copan, Quirigua y Palenque, y en muchos otros centros. Todo tenía que estar listo. Y ello para que en el momento exactamente preciso, es decir, exactamente en la correcta calibración armónica se iniciase la segunda oleada galáctica.

Por supuesto, el momento no era un misterio. En la secuencia de los fractales armónicos, el gran número Maya de síntesis tal y como está registrado en el Códice de Dresde, y que fue redescubierto por Ernst Forstemann, es 13 66 560, un número fenomenal, divisible o con posibilidad de ser factorizado por todos los números claves correspondientes a todos los ciclos armónicos. (Véase el suplemento D. Números Armónicos).

Como número del kin transcurrido desde el año 3113 A.C., 13 66 560 corresponde a una fecha en el año 631 D.C.

Mientras que el 1,366, 560 Kin año 631 D.C., es también el equivalente de 3.796 tun o ciclos de 360 días completados desde la fecha de iniciación, el año 683 corresponde a 3.796 años solares transcurridos desde la misma fecha de iniciación. Es interesante observar que ambas fechas 631 D.C. y 683 D.C. tienen un número de armónicos que corresponden a 3.796, la primera como tun, y la última como años solares.

Además, es muy significativo que el lapso de 52 años entre estas fechas, corresponda a la duración de la vida terrestre de Pacal Votan.

Si hubiese una fase galáctica significativa de acuerdo a los armónicos mayas, ésta se encontraría en el periodo de 52 años calendáricos entre el año 631 y el año 683, o entre los armónicos 13 66 560 y 13 85 540. Verdaderamente, estas son las fechas exactas de la encarnación avatárica conocida como Pacal Votan de Palenque.

Su “tumba”, única en toda Mesoamérica, y la única que es comparable a la tumba de la Gran pirámide de Giza, está fechada en el año 683. Esta se encuentra en Palenque dentro del Templo de las inscripciones, que consta de nueve pisos.

En la cámara donde está la tumba hay representaciones esculpidas de los Nueve Señores del Tiempo. Sólo descubierta en 1952, la tumba de Pacal Votan se ha convertido recientemente en una de las más célebres y sensacionales maravillas de los misteriosos mayas.

La escultura que se encuentra en la tapa del sepulcro, y que ya mencionamos al final del capítulo anterior, ha sido interpretada de diversas maneras, ya sea como un astronauta en una cápsula espacial, o como la representación de un rey dinástico que al morir había descendido a las fauces del monstruo Tierra.
Aquí está, sin embargo, la leyenda de Pacal Votan, maestro galáctico, quien declaró que él mismo era una serpiente, un iniciado, un posesor del conocimiento.

Por mandato de sus superiores, Pacal Votan abandonó su “patria”, el misterioso Valum Chivim, para dirigirse a Yucatán, el país de los mayas en la Tierra.

Alejándose de Valum Chivim y pasando por medio del “Domicilio de las 13 Serpientes”, Pacal Votan llegó a Valum Votan, en el río Usuamacinta, no lejos de Palenque, la que supuestamente Pacal Votan había fundado. Al hacer varias visitas de regreso a su “patria”, Pacal Votan descubrió una torre, la cual hubo de ser destruida debido a una confusión de lenguas entre sus constructores.

Sin embargo, a Pacal Votan le fue permitido alcanzar la “Roca de los Cielos” por medio de un pasaje subterráneo que comenzaba desde la torre.

¿Qué hemos de entender con esta historia?

Valum Chivim es una referencia a una de las bases estelares de los mayas, quizás en las Pléyades, quizás en Arcturus. Por supuesto, estas bases habían estado supervisando la misión Maya desde la primera oleada de maestros galácticos, y entre ellos los Nueve Señores del Tiempo, que originalmente habían sembrado el planeta Tierra.

El maestro galáctico Pacal Votan, escogido por sus superiores para vigilar la iniciación de la fase final del proyecto terrestre Maya, también sería conocido como el agente galáctico 13 66 56, que corresponde al equivalente armónico de la fecha 631, época de su encarnación y manifestación en este planeta. Numerológicamente, la cifra 13 66 56, como todos los factores de 9, también suma 9 (1 + 3 + 6 + 6 + 5 + 6 = 27 =2 + 7 = 9).

El viaje de Pacal Votan por medio del “Domicilio de las 13 Serpientes”, se refiere al paso intergaláctico a través del Kuxan Suum.

Como la fibra de vida galáctica, sería natural representar al Kuxan Suum por medio de una serpiente, o forma de serpiente. El 13, número del movimiento, es también el número del más alto y elevado de los cielos o niveles de ser más allá de nuestro sistema solar; el más próximo a la información central, o Hunab Ku, el centro galáctico.

Seres en proceso de transformación que fueron esculpidos en forma de serpiente, y que son similares a los de Quirigua, adornan el templo de las inscripciones en Palenque, y son una inscripción plástica del Kuxan Suum como medio de transporte de Pacal Votan, el agente galáctico 13 66 56.

La llegada a Valum Votan, cerca al actual Palenque, significaría el lugar, bien de llegada como de nacimiento de Pacal Votan en el año 631, cuyo armónico es 13 66 56 0.

La fecha de su llegada también coincidiría con la expectativa del próximo avatar Kukulkán, cuyo papel asumiría Pacal Votan. En el desarrollo de este papel sólo seria natural fundar una ciudad, correspondiente a la Tollan mítica, que seria llamada Xibalanque, o en forma moderna Palenque. En el Popol Jul, Xibalanque correspondería a la mítica Xibalba, que es el lugar del mundo inferior, o mundo de manifestación y de la heroica prueba de la mortalidad.

Esto haría referencia a que el agente galáctico 13 66 56 tomó una forma humana y mortal, lo cual seria anotado y recordado como la “tumba” del mundo inferior, situada dentro del Templo de las inscripciones que tiene 9 pisos.

Conservando sus poderes después de la fundación de Palenque, Pacal Votan tuvo comunicación con Valum Chivim, o hizo algún viaje real hacia allá pasando por el Kuxan Suum. En Palenque hay otra estructura que es única entre la arquitectura Maya, y es la llamada Torre de los Vientos u Observatorio. Mirando hacia la Pirámide de las Inscripciones, esta torre hace referencia a la torre encontrada por Pacal Votan en la leyenda.

Ya que la tumba de Pacal Votan es la única que puede ser comparada con la tumba que está dentro de la Gran Pirámide de Egipto, es muy significativo que, en sentido arquitectónico, la Torre que mira hacia la Pirámide que contiene la tumba, posee una fuerte semejanza con la Cámara del Rey en la Gran Pirámide. Tanto la Torre como la Cámara del Rey, poseen cuatro niveles que se levantan sobre una base o arca elevada.

En cualquier caso, la torre representa la aspiración que rodea a la mortalidad, mientras que la confusión respectiva es nuestro fracaso en comprender nuestro inherente estado de no muerte o inmortalidad.

Finalmente, la referencia al pasaje subterráneo que conduce a la roca de los cielos, significa la tumba misma que está situada dentro del Templo de las Inscripciones. Al concluir el ciclo de 52 años en la manifestación terrestre de Pacal Votan en el año 683, cuyo armónico es 13 85 54, la tumba es una sola de nombre.

Desde el templo que está sobre la pirámide, cuya altura es de 52 pies, hay 26 peldaños que conducen hacia abajo tomando un giro brusco, descendiendo otros 22 peldaños, y llegando hasta la cámara.

Los 26 peldaños se refieren al número 26 = (13 x 2), que es fractal de la constante galáctica 260. Los 22 peldaños se refieren al número que representa la suma de 13 - las 13 serpientes en su domicilio u Oxlahuntiku, las trece divinidades de los cielos superiores y 9 - a los Nueve Señores del Tiempo, los Bolontiku, las nueve divinidades o maestros galácticos originales que precedieron a Pacal Votan en su misión en este planeta.

El número total de peldaños que es 48, es el equivalente de 6 octavas (8 X 6).

De hecho, el simbolismo de los Nueve Señores dentro de la cripta y el “árbol de la vida” que adorna la tapa del sarcófago nos dan la pista: Pacal Votan, agente galáctico 13 66 56, aunque en apariencia es mortal, realmente ha “regresado” a Valum Chivim su patria estelar.

Una vez allá, él informó que los mayas terrestres estaban capacitados para recibir números selectos de su kin galáctico, y de concluir verdaderamente la actividad armónica relacionada con el planeta Tierra en su paso a través del rayo de sincronización galáctica de 5.200 tun, que empezó el 13 agosto del año 3113 A.C..

Curiosamente, hay un “tubo parlante” que va desde la cripta hasta el templo que está sobre la Pirámide de las Inscripciones.

Siendo claramente una manifestación de Kukulkán/Quetzalcóatl, la venida de Pacal Votan en el año 631 D.C., fue anunciada por la culminación del trigésimo sexto gran ciclo venusino desde la fecha de iniciación en el año 3113 A.C. El gran Ciclo Venusino representa la conjunción de 104 años solares de 365 días cada uno, con 146 ciclos de Calendario Sagrado de 260 días cada uno, y 65 ciclos venusinos de 584 días cada uno.

El número total de días o kin en dicho ciclo es 37.960. El fractal 3796 representa el número de tun transcurrido entre el año 3113 A.C. y el año 631 D.C. y el número de años solares transcurridos entre el año 3113 A.C. y el año 683 D.C..

El ciclo de 52 años (del año 631 al 683 D.C.) que representa la duración de la actividad vital de Votan en este planeta, corresponde por supuesto al “ciclo calendárico”:
la conjunción de 52 años solares con 73 ciclos del Calendario Sagrado. El siguiente avatar importante de Quetzacoatl, Quetzacoatl año 1 Caña, vivió también 52 años, desde el año 947 hasta el año 999 D.C.
Al considerar la armonía de los números que rodean la misión vital del maestro galáctico Pacal Votan, agente 13 66 56, podemos apreciar que su “tumba” es única, y es comparable sólo a la de Keops en la Gran Pirámide de Egipto.

Si la gran pirámide, cuya construcción empezó supuestamente en el año 2623 A.C., se sitúa en un extremo del espectro armónico que marca el ciclo normal de la civilización, entonces, qué diremos respecto al significado de la aparición de Pacal Votan, conmemorada con su Tumba Pirámide, acercándose al otro extremo de este ciclo?

Además, ¿es absurdo considerar que allí podría haber una conexión entre estos dos monumentos “fúnebres”?.

Con el paso de Pacal Votan en el año 683 D.C., y la culminación del Templo de las Inscripciones en el año 692 D.C. vino la segunda oleada de mayas galácticos, y el comienzo de un séptimo ciclo Katun - 692 a 830 D.C. - (140 tunes) o sea de 7 generaciones de una actividad armónica fantástica y sin precedentes; la arquitectura, el arte y sobre todo, la exacta calibración armónica para llevar los registros.
Este proceso se extendió desde Palenque hasta Tikal y hacia el sur, especialmente hasta Copan, y finalmente a Quirigua. Por el año 810 D.C.= 9.19.0.0.0., y con la consagración del Gran Templo en Quirigua, la labor había finalizado.

Las esculturas “zoomorfas” del último período de Quirigua, que culminó en la gran figura “zoomorfa P” (con un total de 10 metros de ancho), recuerdan el regreso de los mayas a su “patria” entre las estrellas.

En realidad estas figuras “zoomorfas” son representaciones de capullos galácticos, y de unidades de transformación serpientes/etéricas de doble cabeza, que facilitan el cambio de una forma galáctica a otra. A esto se debe el que una forma humana, a la que con frecuencia se representa sentada en meditación, aparezca saliendo de las fauces de uno de estos “monstruos”.

Si pudiéramos retroceder hasta la Quirigua del año 810 D.C., podríamos ver una asamblea en el patio del palacio ante el gran templo llamado Estructura 1. Los últimos maestros galácticos, quizás siete de ellos, cada uno acompañado de un gran cristal de cuarzo, sentados en intensa meditación en la plaza cubierta de hierba, repentinamente envueltos por una vibración zumbante, una resonancia que en parte es sonido, y en parte es visión.

Los capullos galácticos luminosos se están materializando en una visión. Los capullos primero se encuentran suspendidos sobre los maestros galácticos, y luego los van cubriendo lentamente; aumenta el zumbido vibratorio, mezclándose con la incesante sinfonía de la jungla omnipresente.

Al principio esto sucede imperceptiblemente, luego, como si fuera una escena que cambia durante un sueño, los capullos vibratorios se desvanecen y desaparecen. Un temor apaciguado domina la pequeña reunión, que se dispersa luego con un aire de propósito y dedicación solemnes.

En la época en que el ciclo décimo, el Baktún 9 llegó a un cierre, en el año 830 D.C. los maestros galácticos ya se habían ido. La palabra había sido dada para retirarse, para tomar El Libro Secreto de las Siete Generaciones y marcharse. La era de las tinieblas se acercaba rápidamente. Las ciudades fueron rápidamente abandonadas.

Vendría una oleada de invasores, y después de ellos vendrían otros, y finalmente otros más, hasta que la peste y las plagas arruinarían la región. Lo que los modelos armónicos indicaban era un período de creciente densidad. Desde la perspectiva de. la resonancia armónica, densidad es la incapacidad para percibir con todo el cuerpo las frecuencias armónicas y sus sobretonos secundarios.

Lo que esto implica es la llegada del materialismo, un sistema de creencia basado en un poderoso temor a la muerte.

A pesar de la llegada de esta época de tinieblas, en la que los Nueve Señores del Tiempo parecen haberse identificado perversamente con los temibles poderes de la noche, y la memoria de los maestros galácticos es considerada como un sueño infantil; quedan los números del destino - los trece números y los veinte signos.

Estos números permanecerán como una clave, y como un signo de que todavía ha de realizarse una tercera fase del proyecto Maya.

En algún lugar en aquella época lejana y distante, cuando los ejércitos combatieron con armas metálicas; y los químicos liberaron el fuego de Sol, el milagro de los mayas irrumpirá otra vez, liberando el misterio y mostrando el camino que indica el regreso en medio de los modelos de las estrellas.
BAKTÚN 10; AÑO 830 D.C.
ÉXODO Y PROFECÍA

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