Una de las preguntas que más a menudo recibo, es sobre las fuentes, mis fuentes, pero no tengo de eso.
Existe el concepto erróneo de que un dato o una información si es extraída de una fuente externa tiene mayor valor que la información que llevemos integrada en nosotros.
No necesitamos fuentes, y cuando digo esto, la incredulidad sobrevuela la mente de aquel que recibe esta máxima.
Estamos acostumbrados a que nos dicten; desde pequeños nos dictan normas, nos dictan conductas, nos dictan modos y nos dictan doctrinas, y finalmente dejamos de operar y esperamos ordenes - nos volvemos totalmente dependientes de lo que otros nos dicen.
Nos enseñaron en que creer y no nos enseñaron a saber; esto da una pauta tan baja en nuestra operatividad que prácticamente nos perdemos, si no somos guiados de algún modo. Esto es un claro comportamiento de mente de rebaño, si continuamos permitiendo que otros nos pastoreen y nos digan donde ir, que comer, que música escuchar, a quien votar…
Esperamos a que la mayoría de la pauta para sumarnos a ella y ser uno mas.
Si esto lo extrapolamos a la experiencia espiritual, el tema se complica aun bastante mas, porque creemos que nos hemos deshecho de todo lo viejo, creemos que estamos despiertos y hacemos lo que otros nos dijeron que era la pauta para la mayoría y nos sumamos como una ovejita mas.
Si esto lo extrapolamos a la experiencia espiritual, el tema se complica aun bastante mas, porque creemos que nos hemos deshecho de todo lo viejo, creemos que estamos despiertos y hacemos lo que otros nos dijeron que era la pauta para la mayoría y nos sumamos como una ovejita mas.
Si toca que el canalizador de turno nos diga como meditar, lo que creer, como se estructura el universo y como es la vida y la muerte, volveremos a caer en la misma trampa de la que escapamos al huir de la religión, tendencias que justifican la intervención externa dando pábulo a entes que tienen autoridad y poseen la verdad absoluta de cómo se estructuran las dimensiones, conocen nuestro futuro y sanan con sus técnicas.
Esas fuentes son las que continúan lastrando el conocimiento del Ser, buscando fuera una verdad que no existe y que jamás encontrarán.
Esas fuentes son la personificación de la manipulación y la mentira, esos guías y esos maestros ascendidos no son mas que una farsa, una estrategia para aborregar aun mas a esas masas que creyeron despertar.
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