Desde que Bob Lazar, un supuesto físico que trabajó en el Área 51, asegurara que había naves extraterrestres recuperadas de incidentes en las cuales se aplicaba «ingeniería inversa», los estudiosos de los ovnis han acusado al gobierno de EE.UU. de ocultar en sus hangares la preciada prueba material de las visitas desde otros mundos. Ahora, tras la reciente noticia sobre un programa secreto para estudiar el fenómeno, la olla sigue destapándose. Hace una semana, el New York Times publicó una impactante historia que expuso cómo el Departamento de Defensa (DoD) de los Estados Unidos mantuvo en secreto, desde 2007 hasta 2012, un programa para investigar los ovnis. Del texto publicado, se destacan tres puntos: Mucha gente con altos puestos en el gobierno federal piensa —o sabe con certeza— que los ovnis son reales y que los alienígenas han visitado nuestro planeta. Pilotos militares grabaron videos de ovnis que exhiben capacidades que los colocan sobre cualquier tipo de avión o aparato de manufactura terrícola conocido. En un conjunto de edificios de Las Vegas, el gobierno almacena restos de materiales que se cree proceden de o están relacionados con los ovnis.
«Ellos tienen en su posesión, tal como reportamos en el artículo, varios materiales pertenecientes a estos objetos [los ovnis]. Han sido estudiados por nuestros científicos para saber más sobre sus sorprendentes propiedades y tecnología», dice Ralph Blumenthal en la entrevista llevada a cabo en el canal de noticias MSNBC (ver video sobre estas líneas). Al respecto, en el susodicho artículo se lee lo siguiente: «La compañía [involucrada en la investigación del DoD] modificó edificios en Las Vegas para poder almacenar aleaciones de metales y otros materiales que han sido recuperados de fenómenos aéreos anómalos. Los investigadores también estudiaron a las personas que dicen haber experimentado efectos físicos luego de un encuentro cercano y los examinó en busca de cambios a nivel psicológico. Además, también se habló con miembros del servicio militar que han reportado avistamientos de extrañas naves voladoras». ¿Aleaciones de metales? ¿Materiales con propiedades exóticas? A esta altura, habría que recordar que en incidentes como el de Roswell se recuperaron en el lugar del estrellamiento —según manifesta Bill Jr., hijo de uno de los principales testigos (Mac Brazel)— fragmentos de un extraño material que, a pesar de ser «delgado como una hoja», era imposible de romper, cortar o quemar y tenía la propiedad de volver a su forma original. ¿Son este tipo de materiales los que se apilan en las instalaciones secretas de Las Vegas? ¿Podrá el estudio de los mismos haber desatado el frenético avance de nuestra tecnología en las últimas décadas?
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