jueves, 12 de abril de 2018

LOS MILITARES SE REBELAN (CAPITULO 1 )



La carta que a continuación transcribiré es altamente reveladora. Un grupo de militares de Estados Unidos, no corruptos pero ingenuos, le escribe a su presidente Ronald Reagan para que reprima a la CIA en su afán por encubrir todo lo referente al asunto de los ovnis y para que les permita declarar acerca de todas las mentiras que aquélla le ha estado diciendo al pueblo norteamericano sobre el mismo tema.

Digo ingenuos, porque mal saben ellos que el ex presidente Ronald Reagan seguía obedientemente las pautas de la CIA en este particular, aparte de que era capaz de mentir tanto como ella en este y otros temas de gran importancia para la nación, tal como se pudo ver en el asunto Irán-Contras.

Por lo que podemos ver en el texto de la carta, los militares que la redactaron, si bien conocían el hecho fundamental de que estábamos siendo visitados por naves de fuera de nuestro planeta, desconocían las intenciones de nuestros visitantes y, a lo que parece, sus actividades nada legales en su propio país. Y menos todavía sospechaban el ignominioso pacto que su Gobierno había hecho con ellos, del que hablaremos con detención más adelante.

Su ignorancia del aspecto más tenebroso del fenómeno ovni lo podemos ver en varias de sus afirmaciones a lo largo de la carta, como, por ejemplo, cuando dicen que «los accidentes fatales relacionados con los ovnis son relativamente escasos». Sin embargo, aparte de los hechos de los que se confiesan culpables, hay que abonar en su favor el haberse rebelado contra un estado de cosas que ya se ha hecho abiertamente criminal.

He aquí el texto del documento.

CARTA DEL GRUPO «JUSTICIA PARA EL PERSONAL MILITAR» (JMP) AL
PRESIDENTE RONALD REAGAN
(Copia a los miembros del Congreso y a la prensa)

4 de diciembre de 1987

PRESIDENTE DE LOS ESTADOS UNIDOS

La Casa Blanca
1600 Pennsylvania Ave
Washington DC 20500

Querido señor presidente:

La CIA se está burlando de nuestra Constitución. Nuestros representantes y senadores no tienen idea de lo que los militares hemos hecho y continuamos haciendo, porque la CIA ha decidido que «ellos no tienen necesidad de saberlo». Por tanto, el grupo JMP le pide a usted, señor presidente, que emita una orden ejecutiva que obligue tanto a los militares como al personal del Gobierno, activos o retirados, que tengan algún conocimiento sobre el asunto de los ovnis, que testifiquen con total inmunidad ante un comité congresional especial. La CIA no podrá objetar nada, porque según ella «los ovnis no existen».

El encubrimiento que se ha estado llevando a cabo con relación a los ovnis no tiene por qué escudarse en la «seguridad nacional». Tiene que terminarse porque está minando la moral militar.

Nuestro grupo JMP está formado por personal militar retirado que trabajó bajo órdenes de la CIA en el encubrimiento del fenómeno ovni. Amparándonos en ¡a «seguridad nacional» nosotros colaboramos intencionadamente en el engaño de los ciudadanos de nuestra nación y manipulamos a la prensa, a los tribunales de justicia y a la mayoría de los políticos.

El encubrimiento de los ovnis que lleva a cabo la CIA, se está haciendo contra los intereses del pueblo norteamericano y no contra nuestros potenciales enemigos. La CIA insiste en que el encubrimiento tiene que ser mantenido por encima de todo, porque de otra manera todo el armamento militar sería inefectivo. Pero mientras tanto, los rusos tienen una ciudad entera dedicada a la investigación de los ovnis. La CIA sostiene que el personal militar a su servicio desobedecerá órdenes cuando se refieran al asunto de los ovnis. Por ejemplo, durante la guerra del Vietnam los pilotos se negaban a obedecer cuando recibían órdenes de atacar a los ovnis. Como los accidentes fatales relacionados con los ovnis son relativamente escasos (excepto en la guerra de Vietnam), la CIA prefiere continuar con el encubrimiento.

La NBA, NASA, CIA, RAND y los asociados con AFOSI nos han informado que los ovnis tienen orígenes diversos. Algunos de ellos son de civilizaciones miles de años más avanzadas que la nuestra. La mayor parte de lo que a ellos se refiere, sus motivos y sus actuaciones son incomprensibles para nosotros. Poco es lo que podemos hacer para protegernos de ellos. La Fuerza Aérea está totalmente desprovista de recursos para enfrentarse a la situación debido a las increíbles capacidades de vuelo de esos aparatos.

Tanto la CIA como el Pentágono están asombrados del poder que tienen para distorsionar el funcionamiento de todos los equipos electrónicos de aire y tierra, y para inutilizar los sistemas de control de armamento. La CIA se ha propuesto, cueste lo que cueste, llegar a conocer y reproducir el sistema de propulsión de los ovnis. Esto quiere decir que en ocasiones se han sacrificado vidas de pilotos tratando de perseguir y conseguir algún ovni para ver cómo es su funcionamiento.

La RAND dice que no hace falta dar explicaciones porque hechos como los de 1952, cuando gran cantidad de ovnis volaron sobre Washington y la Casa Blanca, no van a volver a repetirse. En cambio NORAD, al igual que muchos de nosotros en las Fuerzas Armadas, nos oponemos radicalmente a esta continuación del encubrimiento, señalando el posible pánico colectivo si se repite algo como lo de 1952.

Creemos que ya han muerto demasiados militares como resultado de no haber sido convenientemente informados acerca de la existencia de los ovnis. Y es hora de decirle a nuestras Fuerzas Armadas la verdad. Es un crimen el continuar usando como conejos de Indias al personal militar.
CRÍMENES QUE HEMOS COMETIDO PRESIONADOS POR LA CIA 
Hace cuarenta años el encubrimiento se reducía a unos pocos individuos dentro de la cúpula militar y el Gobierno; pero hoy son ya muchos miles los que están afectados o envueltos en él. Esta política engañosa de la CIA está creando resentimiento entre el personal militar porque se nos han dado órdenes que son contra la ley, contra nuestros compañeros militares y contra nuestra nación. Nuestro grupo está compuesto por muchos militares que están esperando el permiso para testificar.

He aquí unos pocos ejemplos de las actividades engañosas que tuvimos que realizar mientras estábamos en servicio activo:
  1. Les dimos orden a muchos pilotos para que disparasen contra los ovnis con la intención de derribar alguno para estudiarlo. Esto trajo como consecuencia, en algunos casos, la explosión del avión y la muerte de sus pilotos o su instantánea «desaparición» junto con la del aparato. Da la impresión de que los ovnis «monitorean» cada una de las acciones de nuestros pilotos. Hemos analizado cientos de fotos de ovnis y tenemos la impresión de que algunos se mueven por control remoto.
     
  2. Hemos hecho callar tajantemente a los pilotos que han dicho haber visto ovnis y no les permitimos que hablen de las persecuciones de ovnis ni entre ellos mismos.
     
  3. Hemos interrogado, intimidado y hostigado al personal militar de tierra que dice haber visto ovnis, hasta «convencerlos» (exceptuados los pilotos y astronautas) de que ellos «no vieron nada». Los hemos atemorizado con la amenaza de largas sentencias de cárcel, si le contaban a alguien lo que habían visto. Los hemos trasladado sin sus familias a bases lejanas en el mundo entero, de modo que aunque hablasen, nadie les iba a creer. Hemos encerrado a algunos en instituciones para enfermos mentales. Los hemos encarcelado.

    Hemos destruido sus carreras y hemos hecho todo lo posible por intimidar a los testigos de los ovnis, llenándolos de miedo y reduciéndolos al silencio y a la duda.
     
  4. Hemos distribuido información fraudulenta valiéndonos para ello de los portavoces militares del Gobierno, lo mismo que de científicos, para desacreditar todos los avistamientos públicos de ovnis.
     
  5. Hemos forzado a la NASA, a la FAA y a otras agencias gubernamentales a que siguiesen las pautas de la CIA relativas al fenómeno ovni.
     
  6. Hemos violado al Acta de Libertad de Información, al ocultar documentos a los que los solicitantes tenían derecho.
     
  7. Hemos desacreditado a los pilotos civiles que decían públicamente haber visto ovnis y hemos forzado a sus Compañías para que los hiciesen callar.
     
  8. Cuando los pilotos civiles en todo el mundo decían que habían perdido temporal mente el mando de la nave en presencia de un ovni, y hasta cuando habían desaparecido totalmente, nosotros nunca lo con firmábamos, a pesar de que sabíamos que era verdad.
     
  9. Hemos destruido sin misericordia la reputación de muchos extraordinarios y competentes conciudadanos que se atrevieron a sostener que habían visto ovnis, cuando sabíamos perfectamente que estaban diciendo la verdad, pues nosotros mismos los habíamos visto en el radar.
     
  10. Hemos silenciado a congresistas y senadores que pedían información para sus representados. Estos Congresistas son ahora socios silenciosos en este encubrimiento y, por tanto, responsables directos de todos los crímenes que nosotros cometemos.

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