lunes, 12 de noviembre de 2018
TABLILLAS SUMERIAS ( PARKS 7)
Por su parte, Mam hablaba rara vez de su heredera, excepto cuando se trataba de buscarla en
el espeso bosque. Llegué a preguntarme si esto no era una artimaña para acercar a mi persona a
esta encantadora Nindigir (sacerdotisa). Mis encuentros íntimos con Mamitu seguían siendo
intensos, pero su frecuencia disminuía gradualmente. Era como si ella me estuviera preparando
para lo inevitable. Yo había desposado a la Reina del trono a través del rito sagrado de
entronización divina justo antes de me fuera revelada mi afiliación uterina con ella. Esta unión
me preservaba definitivamente de algunas complicaciones a la vista de mis Kuku (ancestros) y
aumentaba mi prestigio entre una gran parte de nosotros. Esto permitió también a mi madre
acceder al Niama, la fuerza universal, que le otorgó una protección significativa.
Si Sé'et era en verdad una maga como nuestras sacerdotisas lo pretendían, entonces ningún
macho vacilaría en dejarse atrapar por sus encantos inefables y preparados con emanaciones
impresionantes. Cuanto más me quedaba a su alrededor, menos me podía olvidar que ella me
había arrebatado de la muerte de la iniciación ofreciéndome su sangre y que su sangre
providencial fluía desde entonces por todo mi ser... Un poderoso vínculo nos unía para la
eternidad. Sé'et bajo su apariencia reservada, se estremecía interiormente. Ella no podía olvidar
que yo había reanimado su cuerpo mientras yacía en el suelo de la sala del consejo justo antes
del estallido de las hostilidades que nos trajeron hasta aquí.
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