jueves, 23 de agosto de 2018

ELUDIR CONFLICTOS

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Desde ciertas doctrinas espirituales se programó esa agenda positivista en la que se inculco la necesidad absoluta de eludir todo conflicto por considerarlo una actitud negativa, estas corrientes programo a miles de personas para ser cobardes crónicos, incapaces de responsabilizarse de las consecuencias de sus actos, incoándolos a huir de toda negatividad y a eludir todo posible conflicto, impidiéndoles así la capacidad humana del prueba/error tan necesaria para aprender y avanzar.

Si bien es cierto que no es correcto meterse en todos los charcos, si es necesario tener una capacidad estratégica para saber cuándo es necesario evitar el conflicto y cuando es necesario intervenir en él. Esto nos obliga a aprender a observarnos, a controlar nuestras emociones, a dosificarlas o úsalas como catalizador.

Como en el arte de la guerra, es importante saber escoger donde es necesario intervenir. Intervenir demasiado no convertirá en un iracundo crónico, y no intervenir nunca, nos convertirá en una bomba de relojería a punto de estallar en un brote de ira.

Una vez tengamos un conflicto a resolver, es importante conservar toda la calma posible, cuanto más calmado y más fría tengamos la mente, mejor razonaremos y mejor expondremos nuestra postura.

¿Porque es importante esto? Simple, porque la mayoría de los conflictos se resolverán solos si los exponemos de la forma adecuada. Es bien sabido que ante una situación de este calibre, la mayoría de las personas están a la defensiva, y con cierta tendencia agresiva. En esta actitud cualquier planteamiento razonable y con peso lógico, será tomado por la parte contraria como una postura negociadora, por lo tanto ya no estamos peleando sino negociando, este simple hecho de por si, aligera la agresividad y predispone al otro a llegar a resolver el conflicto.

No es tanto eludir como saber resolver, ya que una buena predisposición nos supone de por si una ventaja. La parte contraria suele predisponerse para una posible confrontación, si por el contrario nuestra actitud no es beligerante, provocaremos una ruptura de esquemas y una ventaja estratégica, ya que nosotros llevaremos la delantera siempre, mientras que la contraparte deberá improvisar para ponerse a nuestro nivel.

Para esto tan importante es pre visualizar el conflicto para estar preparado para eventuales contingencias, como escoger el momento propicio. Ser pacientes es nuestra mejor opción, no eludimos el conflicto, lo posponemos hasta que creamos es el mejor momento, con la mejor situación.

Nunca nos debe impulsar deseos de venganza, no somos quien juzga que es correcto y que no, solo es nuestro punto de vista, no la verdad absoluta. Hay que tener en cuenta que existen personas que provocan y desean el conflicto porque viven de ello, es una forma de vampirizar, y debemos saber protegernos de ellos.

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