Dentro del proceso personal del despertar de la conciencia, buscamos incansablemente, no solo la exposición de 'la verdad', sino también la solución al drama que acaba saliendo a la luz, tras esta revelación.
Por mucho que persigamos el ideal de la verdad universal, esta se acaba transformando en leves destellos de múltiples hipótesis.
No es tanto, dar con la verdad, como tomar nuestra conciencia recién despierta y hacerla participe y responsable; esto quiere decir, que nuestra conciencia toma la soberanía que le corresponde y hace de su voluntad un acto sagrado, un acto que ningún ente es capaz de doblegar, un acto consciente y responsable, divino.
Se ha perseguido el concepto de la Matrix y se ha buscado las causas de su mantenimiento, así como el método ideal para crear un plan de fuga, pero ninguno lo ha logrado, ya que si usamos toda la metodología que se ha ido filtrando a través de revelaciones, no conseguiremos más que mudarnos de celda, pero salir, nunca saldremos.
Tenemos que partir de la base, que esta pretendida Matrix que nos mantiene presos a esta realidad, la construimos nosotros a través de distintos tipos de control mental, no se trata de desmontar el holograma, ya que ese holograma forma parte del universo, se trata de reducir los efectos hipnóticos que ejercen sobre nuestra mente estos elementos de control.
Tenemos que partir de la base, que esta pretendida Matrix que nos mantiene presos a esta realidad, la construimos nosotros a través de distintos tipos de control mental, no se trata de desmontar el holograma, ya que ese holograma forma parte del universo, se trata de reducir los efectos hipnóticos que ejercen sobre nuestra mente estos elementos de control.
Evitarlo pasa necesariamente por alejar la exposición.
Alguien que tenga unos mínimos conocimientos de cómo funciona la hipnosis, sabrá reconocer como son las programaciones repetitivas a las que estamos expuestos, desde los distintos tipos de bajas frecuencias que recibimos y los medios audiovisuales, hasta las ondas de radio frecuencia y emisiones electro magnéticas.
Un conjunto de tecnologías aplicadas a las ondas mentales que provocan que inconscientemente operemos según se espera de nosotros, indignados, coléricos, temerosos, expectantes, acomplejados y lo que es peor, esperanzados.
Mientras hay 'esperanza', hay inacción, y nuestra voluntad se encuentra esperando el milagro; nos auto-reprimimos y esperamos que mañana se produzca el cambio, pero evidentemente el cambio nunca llega.
Es inútil poner fechas, por que significaría que seguiríamos inactivos, expectantes, esperando a la consecución de ese evento.
Un claro ejemplo es la decepción acaecida en 2012, todos esperaban un cambio, pero esa esperanza no hace que se produzca ninguna acción que provoque ese cambio; es la voluntad de cambiar la que lo propicia.
Por tanto, para salir de la Matrix de control mental y espiritual debemos apelar a nuestra voluntad; sin ella no hay acción, ni intención, por lo tanto seguiremos presos por propia convicción.
Quizás veas tu voluntad como algo abstracto e inconcreto, algo que no puedes manipular y que no sabes como accionar adecuadamente para orientarla allí donde deseas.
La voluntad trabaja junto con la intención; según sea manipulada tu intencionalidad, conseguirá que sea dirigida tu voluntad:
La voluntad es la decisión que tomas de forma comprometida y concienciada, es como comúnmente se conoce como "dar la palabra".Cuando das la palabra, te comprometes a realizar una acción por propia voluntad, y llevarla a cabo exponiendo nuestro honor en ello, ese compromiso nos da fe y fiabilidad, es un contrato contigo mismo.
La voluntad opera de forma parecida ya que es un compromiso de llevar a cabo una acción y asumirla con todas las consecuencias, de forma responsable.
Si adquieres el compromiso de salir de este sistema, deberás responsabilizarte, comprometerte contigo mismo y llevar esta acción por propia voluntad hasta su consecución.
Si llegado el momento se te ofrecen distintas alternativas para retrasar ese compromiso, ya sea por apegos, por engaños, por manipulaciones, o por propia cobardía, al final estás aquí por alguna de esas razones, adquiriste compromisos, aceptaste condiciones, asumiste culpas y volviste a purgar una falsa condena.
Ahora sabes que estás preso, sabes que puedes escapar, pero no sabes como.
Lo único que debes saber es, que si tomaste conciencia de tu estado, es difícil que repitas los mismos errores, es difícil que vuelvas a firmar por otra vida hipotecada en el sufrimiento, tu voluntad brillará y estará ahí para recordarte el compromiso que has asumido contigo mismo.
Ahora ya sabes que para salir, solo hay que querer salir, negarte a cualquier tentación, a cualquier compromiso y no escuchar a ningún ente, que te trate de convencer de lo contrario, tenga la apariencia que tenga.
No hay reencarnación, no hay karma, no hay culpa, no hay purga y no hay necesidad de volver a repetir ningún ciclo, no tiene sentido y es contra natura. Se encarna por voluntad, con un fin y una intención.
No hay reencarnación, no hay karma, no hay culpa, no hay purga y no hay necesidad de volver a repetir ningún ciclo, no tiene sentido y es contra natura. Se encarna por voluntad, con un fin y una intención.
La intención necesariamente (yo diría, obligatoriamente) debe ser a través de un gesto de amor desinteresado (así llegaste aquí), no se encarna empujado por la culpa, o la necesidad de resarcir o purgar un acto "incorrecto" ya que al no ser dueños de nuestra propia voluntad, nuestro libre albedrío no está operativo.
El libre albedrío no sería mas que,
la acción (voluntad) consciente (con intención) y elección pre-meditada (responsable).
Hasta ahora actuamos de forma hipnótica, autómata y sincrónica con la intención y la voluntad de terceros.
Por lo tanto tu libre albedrío se encuentra en un estado perpetuo de simulación (engaño) en el que tu voluntad y tu intención son guiadas a través de un recorrido prefijado y convenientemente canalizado (revelado).
Por lo tanto, eres un ser inconsciente e inocente, no tienes culpa, ni arrastras karma, ni hay necesidad de purgar nada, ya que fuiste inducido y no fuiste nunca consciente de esa inducción.
No viviste ni operaste bajo tu propia voluntad y cualquier explicación espiritual basada en la experiencia a través del sufrimiento no es mas que la justificación de la tortura innecesaria, un genocidio cíclico inútil, un holocausto gratuito.
No viviste ni operaste bajo tu propia voluntad y cualquier explicación espiritual basada en la experiencia a través del sufrimiento no es mas que la justificación de la tortura innecesaria, un genocidio cíclico inútil, un holocausto gratuito.
Este no es un juego avanzado en el que el alma se expresa a través del desconocimiento de si misma; esto es otra treta arcóntica para continuar doblegando tu voluntad, una voluntad que es capaz de fulminar (literalmente) a cualquier ente que ose burlarla o desviarla...
Por eso siempre somos "convencidos" y arrastrados a la necesidad, esa necesidad que solo conoce lo material y que opera en lo mas primario de nuestra mente.
Es la necesidad la que es invocada para que nosotros veamos como algo lucido y lógico, el volver a caer en el ciclo re-encarnatorio.
Ya no es cuestión, si se puede o no salir...
La cuestión es si se quiere o no salir, porque el que quiere puede y no hay nadie que se lo impida, así de fácil.
No hay mas método ni mas cuestión que querer realizar ese acto consciente, premeditado, con intención y con voluntad, obviar lo que te dicte la razón, y tomar lo que dicte tu interior, lo que sientes que es verdad, que es cierto, que es puro y real.
No hay más código que ese, sin ritual, sin ceremonias, sin comeduras de coco, ni lenguaje críptico y complejo.
La naturaleza es sencilla, la creación forma patrones armónicos, se muestra tal cual es, lo más sencillo y lo más natural, siempre es lo más adecuado.
Somos libres, esa es nuestra naturaleza...
Somos como la lluvia, no importa si caemos en un pozo o en un prado, lo hacemos por amor, da igual el entorno, ni como sea este de corrupto; al final seguiremos siendo lo que somos y al igual que nadie juzga al agua cuando se evapora, tampoco debemos juzgarnos cuando tropezamos y caemos.
Nadie te debe obligar a repetir, nadie por muy superior que se crea puede hacer que vuelvas, si no lo deseas; así que ahora estas ante el umbral que te muestra la salida de este entorno de control, ahora te toca a ti decidir si lo cruzas o no.
Lo positivo de todo esto es que es un simple ejercicio en el que podemos apelar a nuestra propia autoridad para abandonar una situación que ya no nos compromete, no nos identifica y no nos relaciona.
Lo positivo de todo esto es que es un simple ejercicio en el que podemos apelar a nuestra propia autoridad para abandonar una situación que ya no nos compromete, no nos identifica y no nos relaciona.
Lo negativo (para alguno) es que desde ese preciso instante eres soberano y responsable de tus actos.
Por lo tanto tienes un libre albedrío real y deberás asumir las consecuencias de tus decisiones; esto a priori puede dar miedo, ya que hasta ahora hemos estado viviendo una simulación, siempre había alguien que nos decía que hacer, siempre nos guiaron y nos dieron a elegir, y por lo tanto las consecuencias eran inducidas.
Después de retomar tu papel en esta historia, las decisiones y las consecuencias serán reales, aunque claro, después de lo que has vivido y sufrido aquí, se me antoja complicado ir a peor.
Una vez que ejerzas tu voluntad, se respete tu soberanía y recobres tu memoria, entonces es cuando podrás decir que estas despierto; mientras, continuarás buscando dentro de un entorno de control, una pecera mental repleta de pirañas hambrientas.
Una vez que ejerzas tu voluntad, se respete tu soberanía y recobres tu memoria, entonces es cuando podrás decir que estas despierto; mientras, continuarás buscando dentro de un entorno de control, una pecera mental repleta de pirañas hambrientas.
No es esencial conocer según que datos, según que informes, según que tretas; lo que si es esencial es tomar conciencia del estado en el que te encuentras, para llegado el momento, tener el poder de decidir sobre tu propio designio, tener el control de tu sagrada voluntad y poder elegir conscientemente tu próxima parada.
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